Por Pablo Serrano Molinero, Alumno en prácticas en el áerea de información meteorológica y climatológica.
Pese a que pueda parecernos extraño, es relativamente habitual que en verano tengamos tormentas que nos dejen precipitación en forma de granizo pero, ¿Cómo es compatible el calor con el granizo? y no sólo eso, ¿Por qué es más habitual en muchas zonas de España el granizo en verano?
Como muy bien explicó Carlos Yagüe, profesor titular de Meteorología y director del departamento de Geofísica y Meteorología de la Universidad Complutense de Madrid, en Muy Interesante (https://www.muyinteresante.es/curiosidades/preguntas-respuestas/por-que-graniza-en-verano-131421323167), el granizo se forma gracias a un proceso que en meteorología se conoce como acreción. Consiste en que alrededor de un cristal de hielo se van congelando gotitas de agua. Esto ocurre en las zonas altas de la atmósfera, donde las temperaturas son más frías, pudiendo alcanzarse temperaturas de -40ºC en el interior de las nubes. Estas nubes donde se forma granizo son las llamadas cumulonimbos (nubes de tormenta), con inestabilidad y corrientes verticales, clave para su formación.
El proceso de acreción desprende calor, por lo que llega un momento, en el que no se pueden adherir más gotas de agua, formándose así la partícula de granizo. Cuando la inestabilidad de la nube sea mayor y los vientos sean más fuertes, la partícula ascenderá de nuevo y se repetirá el proceso. Cuando la nube no es capaz de soportar el peso de estas partículas de granizo, este precipitará.
El motivo por el cual en muchas zonas del país graniza más en verano que en invierno, es porque las gotas de agua se empiezan a congelar a temperaturas por debajo de los 0ºC pero hasta los -40ºC es posible encontrar algunas en estado líquido. Por ello, si las temperaturas son excesivamente bajas no encontraremos gotas de agua líquida, que son imprescindibles para producir granizo.
Como ya hemos dicho antes, el granizo ocurre en nubes de tormenta, por lo que estos mapas son muy útiles para ver como efectivamente, en meses de verano, tenemos más tormentas, y por tanto, más posibles granizadas, que en meses de invierno.
Figura 1: Mapa del número medio de días de tormenta en meses de verano.
Figura 2: Mapa del número medio de días de tormenta en meses de invierno.
Esto no quiere decir que en invierno no granice, sino que generalmente, es más complicado que se den las condiciones necesarias para ello. Pese a esto, en nuestro país hay zonas en las que el granizo, es más habitual en invierno que en verano. En los mapas podemos ver como por ejemplo en el sur de Andalucía las tormentas son más habituales en invierno que en verano, y por tanto una granizada en verano será más rara que una en invierno.Otro caso es la cornisa cantábrica donde, además de en verano se producen granizadas en invierno.
Además, en estos casos, el granizo suele ser de menor tamaño que en las granizadas veraniegas, por dos razones. La primera es que, como hemos explicado antes, debido a las bajas temperaturas, hay menos gotas sin congelar que son las necesarias para crear las partículas de granizo. La segunda razón que hace que el granizo sea de menor en invierno, es que habitualmente las nubes que lo generan, alcanzan menos altura, lo que hace que el proceso de acreción tenga menor recorrido vertical.
Queremos dar las gracias a Toño Cañadas y a Jorge González por cedernos los mapas que hemos utilizado en el post.