Por Rubén del Campo, Área de Comunicación de AEMET.
En los últimos días han aparecido en las redes sociales fotografías y vídeos de unas tenues nubes de color blanco o azulado que aparecían tras la puesta del sol o antes de que éste apareciese por el horizonte. Se trata de nubes noctilucentes, y a pesar de no ser el tipo nuboso más vistoso, lo cierto es que constituyen un espectáculo casi inédito en nuestras latitudes, ya que muy pocas veces se observan por debajo de los 50 º de latitud.

Nubes noctilucentes vistas desde Pamplona (Navarra) la noche del 15 de junio de 2019. Fotografía de Adriano Casado.
¿Qué son las nubes noctilucentes?
Según el Atlas de Nubes y Meteoros de J.A. Quirantes y J.A. Gallego, las nubes noctilucentes, también denominadas nubes mesosféricas polares, deben su nombre a que brillan en la noche. De hecho, aparecen durante el crepúsculo, tras la puesta del sol o antes del amanecer. Son nubes de color blanco o con ligero tinte azulado. Pueden confundirse con Cirrus tenues, pero en realidad se encuentran mucho más arriba, en la capa de la atmósfera denominada mesosfera, a una altura aproximada de entre 75 y 85 Km, lo que las convierte en las nubes más altas que existen en nuestro planeta. Aunque su mecanismo de formación no está lo suficientemente estudiado, parece que se forman gracias al escaso vapor de agua que llega a esas altitudes, aprovechando como núcleos de condensación partículas microscópicas de polvo que puede provenir, por ejemplo, de restos de meteoritos o cometas que se desintegran al entrar en la atmósfera terrestre.
Secuencia de nubes noctilucentes vistas desde Logroño (La Rioja) en la madrugada del 16 de junio. Webcam de José Calvo (https://www.meteosojuela.es)
Normalmente se observan en latitudes entre 50 y 70º, aunque como hemos podido comprobar, en ocasiones aparecen en latitudes más bajas (incluso es posible que recientemente se hayan visto en latitudes más bajas que nunca antes). Existen registros fotográficos de nubes noctilucentes en España anteriores a los de los últimos días (Quirantes y Gallego dan testimonio de nubes noctilucentes observadas desde el Sistema Central en 2009 y 2010), pero los testimonios son muy escasos. En cualquier caso, la mejor época para observarlas es en verano, momento en el que la mesosfera se encuentra más fría (al contrario que las capas más bajas de la atmósfera)

También se observaron nubes noctilucentes desde Madrid. Fotografía de Adrián Cordero.

Nubes noctilucentes en el Parque Nacional de Soomaa, Estonia. Autor: Martin Koitmäe. Fuente: Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Nube_mesosférica_polar
¿Tienen algo que ver las nubes noctilucentes con el cambio climático?
Hay estudios que sugieren que el cambio climático antropogénico puede estar detrás de una mayor facilidad a la hora de observar nubes noctilucentes. Este fenómeno no fue descrito por primera vez hasta 1885. En aquel momento, la erupción del Krakatoa en 1883 inyectó a la estratosfera millones de toneladas de vapor de agua, lo que pudo aumentar el brillo de las hasta entonces tenues nubes noctilucentes y favorecer su observación.
En el momento actual, el aumento atmosférico de la concentración de metano en todas las capas de la atmósfera, incluida la mesosfera, como consecuencia de las actividades humanas, puede ser la fuente de vapor de agua adicional que incremente el brillo de las nubes noctilucentes y aumente su visibilidad en latitudes medias. Hay que tener en cuenta que cuando el metano se oxida, da lugar a dióxido de carbono y agua.
Por todo ello, según el estudio de Franz‐Josef Lübken, la probabilidad de observar nubes noctilucentes en las últimas décadas es de una o más por temporada, mientras que antes de la industrialización de la sociedad solo se tenía una oportunidad en varias décadas.
En el Atlas Internacional de Nubes de la OMM puedes encontrar la definición oficial de nubes noctilucentes, así como más información sobre su composición química y otros apuntes de interés (en inglés)