Elaborado por : José María Sánchez-Laulhé (Director del CM de Málaga de AEMET ) y Alejandro Roa (Jefe del área técnica y aplicaciones de AEMET).
La primavera considerada como los meses marzo, abril y mayo, empezó por una situación de NAO (North Atlantic Oscilation) negativa (figura 1) que produjo la formación de una corriente en chorro zonal única en niveles altos de la troposfera a una latitud entre 30o y 35o N (figura 2) al final de febrero y principios de marzo, asociada a un calentamiento repentino de la estratosfera, que rompió el periodo de sequía del país con un continuo paso de borrascas y frentes que penetraban por el SW de la Península.

Figura 1. Evolución del índice NAO entre diciembre de 2017 y abril de 2018

Figura 2. Velocidad del viento (color) y dirección medias en 300 hPa del 28 de febrero al 12 de marzo
Esta situación de paso de borrascas se puede constatar por el rápido tránsito de varias con nombre, es decir, con potencialidad de generar avisos de viento de nivel naranja o rojo, además de otros fenómenos adversos. Las que afectaron a España durante los primeros días de marzo fueron las siguientes:
- El 26 de febrero se bautiza a la borrasca Emma, quinta con nombre de la temporada (figura 3). Esta borrasca afecta a todo el territorio español, incluyendo Canarias, entre los días 28 de febrero y 2 de marzo, con abundantes precipitaciones de nieve y lluvia, vientos fuertes y olas de más de 7 metros en el golfo de Cádiz el día 1 de marzo, algo muy poco habitual.

Figura 3. Borrasca Emma, 26 de febrero a las 00 UTC (izquierda) y 27 de febrero a las 12 UTC (derecha, imagen RGB de masas de aire
- El 7 de marzo la borrasca Felix, sexta con nombre de la temporada, se encuentra sobre las islas Azores (figura 4). Afecta también a todo el territorio español entre los días 9 y 11 de marzo. Como dato destacado, se emiten avisos de viento de nivel rojo por rachas de viento en la cordillera Cantábrica (figuras 5 y 6) y por fenómenos costeros (olas de 8-9 metros) en Galicia.

Figura 4: La borrasca Felix, sexta con nombre de la temporada, en todo su esplendor. Modelo conceptual de su evolución

Figura 5: Avisos en vigor el día 10 para los días 10 y 11

Figura 6: Rachas máximas registradas durante el día 11
Tras este episodio extraordinario de principios de marzo, se ha vivido el resto del mes una transición a otro patrón de circulación muy distinto con la ruptura del bloqueo en el oeste Atlántico y la reconstrucción de un chorro polar intenso en la ruta de las tormentas, volviendo a haber dos chorros diferenciados en el Atlántico y el traslado del bloqueo de la circulación de los oestes hacia el este, hacia Europa, donde ya existía una dorsal anticiclónica (figuras 7 y 8).

Figura 7 . Velocidad del viento (color) y dirección medias en 300 hPa del 1 de abril al 31 mayo

Figura 8 . Velocidad de la anomalía del viento (color) y dirección medias en 300 hPa del 1 de abril al 31 mayo
En el campo de anomalía de geopotenciales en 500 hPa de los meses de abril y mayo (figura 9), destaca la anomalía positiva del anticiclón de bloqueo, centrado en el mar Báltico y afectando a toda Europa salvo la península ibérica. Al sur de la Península, centrada en Marruecos, hay una anomalía negativa, o ciclónica, que viene a colgar del final del chorro polar (entre las anomalías positiva y negativa del oeste y centro de la cuenca atlántica). La anomalía negativa es producto de la gran frecuencia de formación de danas, bajas ciclónicas frías aisladas más intensas en niveles altos, en esta zona, propia de esta disposición de chorro intenso polar y anticiclón de bloqueo al final de la ruta de tormentas atlántica. En este tipo de situaciones las borrascas o ciclones extratropicales evolucionan con un ciclo de vida que se caracteriza porque, en su ciclo de vida, el ciclón en niveles altos toma una forma de vaguada progresivamente alongada meridionalmente, que eventualmente, en su extremo hacia el ecuador, se aísla del vórtice polar como baja ciclónica de menor escala. La presencia de danas da lugar a inestabilidad y al desarrollo de tormentas. El borde delantero de las danas, en su paso hacia el Mediterráneo, advectaría aire cálido hacia Europa central, que realimentaría el alta de bloqueo europea.

Figura 9. Anomalía media del geopotencial en 500 hPa del 1 de abril al 31 mayo
Dentro de este nuevo patrón, otras borrascas han afectado al territorio español a partir de mediados de marzo:
- Entre los días 13 y 15 de marzo la borrasca Gisele, séptima con nombre de la temporada (figura 10), afecta a la Península, aunque su centro discurre bastante al norte, pasando por las islas Británicas. Lo más destacado son las fuertes rachas de viento y las abundantes precipitaciones en toda la vertiente atlántica.

Figura 10: Guía Técnica de Niveles Altos y Análisis de Superficie del día 14 a las 12 UTC, mostrando la borrasca Gisele

Figura 11: Precipitación y rachas máximas durante las 24 horas del día 14

Figura 12: Efemérides de racha máxima de viento del día 14. Fueron máximas para el mes de marzo de las series históricas
- Entre los días 24 y 26 de marzo es el turno de Hugo, octava borrasca con nombre de la temporada (figura 13), generada mediante un proceso de seclusión cálida, y que afectó especialmente al Cantábrico.

Figura 13: Borrasca Hugo el día 24 a las 00 UTC
Además de las mencionadas borrascas, durante todo el mes de marzo fue continuo el paso de frentes y borrascas, de modo que se superaron efemérides de precipitación muy notables. Por ejemplo la estación Madrid-Retiro registró el mayor valor de precipitación en marzo en su serie de 125 años (1893-2017) con 140.7 mm, sobrepasando de manera holgada los 123.8 mm del año 1947, anterior record. Además lo hizo con un máximo diario relativamente bajo, 23.7 mm, y un elevado número de días de precipitación apreciable, 21, lo que da idea de que este nuevo record mensual realmente se corresponde con una persistencia en el tipo circulación y no con una situación particular. La nieve fue otro elemento notable, por ejemplo en Castilla-León se superaron los históricos de días de nieve para este mes en los observatorios de Soria, León y Segovia….
Durante el mes de abril continuó el paso de borrascas por nuestras latitudes, de modo que también fue un mes lluvioso, aunque no tanto como marzo. Además de las lluvias fueron importantes las nevadas. Según se ha publicado en este mismo blog, en los resúmenes mensuales correspondientes, “el mes de marzo ha sido en su conjunto extremadamente húmedo, de forma que la precipitación media mensual a nivel nacional alcanzó el valor de 163 mm, lo que supera ampliamente el triple del valor normal del mes que es de 47 mm (periodo de referencia 1981-2010) y supone el 347% de dicho valor. Provisionalmente podría decirse que este mes estaría entre los dos marzos más lluviosos desde 1965, junto con el mes de marzo del año 2013 que alcanzó una precipitación de 166 mm”; mientras que “abril ha sido en su conjunto muy húmedo, aunque muy próximo a húmedo, con una precipitación media sobre España de 89 mm, valor que supera en un 37% el valor normal, que es de 65 mm (Periodo de referencia 1981-2010)”.

Figura 14: Imágenes RGB de masas de aire del día 30 de marzo a las 12 UTC y del día 1 de abril a las 12 UTC, en las que se muestra el cambio radical de masas de aire sobre la Península y Baleares, de polar a subtropical

Figura 15: Borrasca del día 10 de abril vista en los canales VIS0.8 y WV7.3 del sensor SEVIRI del Meteosat
El 16 de abril es nombrada por el IPMA la borrasca Irene, novena y última con nombre de la temporada (figura 16). Afecta a España entre los días 17 y 18, aunque sólo de modo tangencial.

Figura 16: Guía Técnica de Niveles Altos y Análisis de Superficie del día 16 de abril a las 12 UTC, mostrando la borrasca Irene
Entre los días 19 y 25 de abril una dana situada sobre el golfo de Cádiz trae una importante invasión de polvo africano sobre la Península y Baleares (figura 17). La dana se traslada posteriormente al norte de Argelia. Comienza la actividad convectiva de finales de primavera.

Figura 17: Espesor óptico de aerosoles el día 21 a 12 UTC, modelo BSC-Dust del mismo día, e imagen MODIS del día 21 a mediodía
El mes de mayo se ha caracterizado sobre todo por la permanencia de bajas presiones sobre el Mediterráneo y por una gran actividad convectiva, de modo que prácticamente todos los días ha habido chubascos y tormentas en gran parte del territorio peninsular y en Baleares, con episodios de gran actividad eléctrica o de granizo de gran tamaño. Pese a ello, y en promedio, tanto las temperaturas como las precipitaciones han sido cercanas a lo normal, sin episodios de altas temperaturas destacables.

Figura 18: Guía Técnica de Niveles Altos y Análisis de Superficie del día 6 de mayo a las 12 UTC, que representa bastante bien la situación predominante a lo largo del mes

Figura 19: Precipitación y rayos durante las 24 horas del día 21 e imagen radar nacional del día 21 a las 18 UTC, imágenes también muy representativa del mes de mayo

Figura 20: Pedrisco en Garciaz (Cáceres) (Fuente: Lourdes Fernández y Carmen Ceballos vía @MeteoBadajoz)
Enlaces de interes:
Reportes de la primavera en la web “SINOBAS”