Manuel Antonio Mora García. Meteorólogo AEMET

Para finalizar este estudio sobre el tornado de Fuentes de Valdepero del 12 de julio de 1935, analizaremos un sorprendente aspecto referido en algunas crónicas, la presencia de fuego. También comentaremos algunas interesantes noticias meteorológicas, aeronáuticas y de relieve científico que recogía la prensa de esos días.
Imagen: Semanario Mundo Gráfico. Núm. 1237. 17 de julio de 1935. Biblioteca Nacional de España.
¿Ola de Fuego?
En esta revista popular ilustrada aparece el reportaje gráfico titulado: “Fuentes de Valdepero, arrasado por un ciclón”, y a continuación se destaca el siguiente texto: “El huracán que, echaba abajo las casas despedía fuego”, dicen a nuestros enviados especiales los vecinos del pueblo destruido. ¿Ciclón? ¿Ola de fuego?”. Para añadir más dramatismo se incluía una fotografía de uno de los cubos semiderruido del castillo (aunque en el pie de foto aclaraba que fue destruido por un rayo en fecha anterior al suceso).
El “Mundo Gráfico”, en sus más de 40 páginas, incluía artículos de distintas temáticas: actualidad, política, moda, deportes, crónica taurina, etc… En cuanto a los sucesos, es curioso observar que el reportaje sobre el tornado, se inserta entre reportajes sobre apariciones de fantasmas y duendes, quizás con la velada intención de atribuir un origen sobrenatural o misterioso al fuego aparentemente presente en el tornado. Ese matiz de suceso extraño, ha servido para que este episodio haya sido investigado en tiempos recientes en populares programas de radio y televisión dedicados al misterio o lo desconocido (Milenio3 y Cuarto Milenio), en los que pese al tiempo transcurrido, se recogen los emotivos e impresionantes relatos de varios testigos oculares. Nos llama la atención la original descripción de la rotación mesociclónica de la supercélula por parte de uno de los testigos: “eso era como una plaza de toros que subía al cielo”, expresión que difícilmente encontraremos en la nutrida bibliografía estadounidense sobre supercélulas, teniendo en cuenta la escasez de aficionados taurinos en este país.

El programa radiofónico “Milenio 3”, en su emisión del 24 de abril de 2011 analizaba este episodio, al igual que el programa de televisión “Cuarto Milenio” emitido el 19 de mayo de 2011.
https://www.ivoox.com/milenio-3-24-abril-2011-ultimas-tribus-audios-mp3_rf_626010_1.html
Podemos descartar la hipótesis de un “remolino de fuego” o “firenado”, ya que en realidad no hubo daños por fuego y los testigos describen las características de un tornado supercelular (observación de la nube embudo, precipitación, rayos y oscurecimiento por la densa masa nubosa). Para encontrar una posible explicación al relato de los testigos, es necesario recurrir a algunos episodios tornádicos documentados con características muy singulares, probablemente fenómenos eléctricos.
En el documento histórico que describe el tornado de Cádiz de 1671 (Memorial del Huracán), existen numerosas referencias al fuego que acompañó a este tornado, aspecto que analiza en un excelente artículo nuestro compañero, el meteorólogo J.M. Sánchez-Laulhé.

Hemos localizado en la prensa la noticia sobre el “fenómeno meteorológico” de Bullas (Murcia) de 1902, en el que se describe la presencia de llamaradas en la nube embudo, y que reproducimos a continuación íntegramente.

Sin embargo, no hemos podido localizar la reseña sobre el fenómeno parecido ocurrido en 1825 en Alemania, descrito por el meteorólogo Grossman y que se cita en la noticia.
Un episodio similar, ocurrido en tierras castellanas con anterioridad, en concreto el 11 de junio de 1800 en la localidad burgalesa de Quintana del Pidio, es citado por el meteorólogo español del siglo XIX, Manuel Rico y Sinobas.
Discurso General que sobre los fenómenos de la electricidad atmosférica leyó el Sr. Manuel Rico Sinobas en el acto de su recepción de Académico numerario de la Real Academia de Ciencias.. (1858) – Rico y Sinobas, Manuel. Biblioteca Digital de Castilla y León
En nuestra opinión, la explicación más racional sobre el supuesto fuego observado en el tornado de Fuentes de Valdepero la podemos leer en el “Día de Palencia”:
“Dicha tormenta ha sido exclusivamente de aire huracanado, que levantó tal polvareda, que los vecinos empezaron a dar gritos de ¡fuego, fuego!, pues creían que las nubes descargaban fuego. Además el gran polvo que levantó el huracán cegó la vista de muchos vecinos, que fueron a refugiarse en los sótanos de las casas del pueblo”.
Como hemos mencionado, en ninguna crónica se refieren daños provocados por el fuego. En cuanto al aspecto rojizo de la nube embudo, tal vez podría tratarse de un efecto óptico, teniendo en cuenta la existencia de polvo y terrenos arcillosos (color rojizo) en la zona, sin descartar la posible presencia de los mencionados efectos eléctricos.
Noticias internacionales de interés científico
La prensa de esos días incluía noticias sobre otros aspectos relacionados con la meteorología, aeronáutica o de relieve científico.
Uno de ellos fue el incidente ocurrido durante la preparación del legendario vuelo estratosférico a cargo de los capitanes Stevens y Anderson de la US Army.


Diario Ahora (izqda.) y La Voz (dcha.) del 13 julio 1935. Biblioteca Nacional de España
Como resalta la noticia, afortunadamente se utilizaba helio como gas que suministraba la fuerza ascensional al globo, en vez de hidrógeno (altamente inflamable al mezclarse con el oxígeno), aunque en realidad existía otro peligro, las casi tres toneladas de peso de la tela engomada que conformaba el gigantesco globo (unos 60 metros de diámetro) y que se precipitó sobre la cabina.
El físico suizo Auguste Piccard fue el pionero de los vuelos tripulados estratosféricos en 1931, acompañado de Paul Kipfer, a bordo de una cabina presurizada diseñada por él a la que llamó “góndola”, alcanzando los 16 km. En 1933 el norteamericano Settle superó los 18 km, batiendo un record anterior ruso, comenzando la pugna entre ambos países por llegar más alto, preludio de la posterior carrera espacial. Al año siguiente, se superaron los 20 km. de altitud, en un trágico vuelo en que perecieron los tres tripulantes rusos. El definitivo record de altura en vuelo tripulado de aquella época, que se mantendría durante más de 20 años, se logró unos meses después del incidente que relata la prensa, en un mediático y sufrido intento, el 11 de noviembre de 1935, llegando hasta los 22 km a bordo del “Explorer II”. Un año antes, el “Explorer I”, había fracasado en su intento de superar el record de altitud. Tras la aparición de unas pequeñas grietas en la tela del globo, se abortó el ascenso y comenzó un rápido descenso, durante el cual explotó el hidrógeno utilizado como gas impulsor. Los tripulantes narraban lo sucedido a través de la radio de abordo, haciendo partícipes a la amplia audiencia que seguía la retransmisión del evento a través de las emisoras de radio. En una agónica evacuación a través de las estrechas escotillas, sus tres tripulantes, Stevens, Anderson y Kepner, lograron saltar en paracaídas momentos antes de impactar la góndola en el suelo, resultando milagrosamente ilesos.


La experiencia sirvió para que la National Geographic Society y el U.S. Army Air Corps, organizadores del evento, incrementaran la seguridad mejorando la góndola (escotillas de mayores dimensiones) y sustituyendo el peligroso hidrógeno por helio.
La base de operaciones para los despegues de los Explorer I y II había sido cuidadosamente elegida. Se debía tener en cuenta el enorme volumen del globo y el lento proceso de inflado, durante el cual la cizalladura del viento podría generar serios inconvenientes; y por otro lado, se debía procurar un lugar de aterrizaje seguro, teniendo en cuenta la deriva prevista hacia el este durante el vuelo. El lugar elegido (conocido como el “Stratocamp” o el “Stratobowl”), se trata de una depresión natural en Black Hills (Dakota del Sur), rodeada de elevaciones entre 100 y 150 m y próximo a las Grandes Llanuras.
Un equipo de meteorólogos asesoraba a la expedición para lograr condiciones seguras durante el vuelo (despegue, ascenso y aterrizaje) y a la vez cielos despejados, ya que uno de los principales objetivos de la misión era obtener fotografías de la Tierra. El primer intento se programó para la fría noche del 12 de julio de 1935 (como podemos apreciar en los documentales), pero como relata la prensa, el globo una vez inflado se rompió. El siguiente y definitivo intento se produjo el 11 de noviembre, en una gélida noche tras retirar la nieve del campo de operaciones.
En los siguientes documentales sobre la hazaña, en los que la típica parafernalia americana del acto (con jefes indios y multitud de público) no resta valor científico al reportaje, se muestran los preparativos de este vuelo y el exitoso aterrizaje, donde el barógrafo de a bordo se exhibe como trofeo que certificaba el record de altura conseguido.
Más información y videos en:
https://www.sdpb.org/blogs/images-of-the-past/the-stratobowl-flights-of-the-1930s/

La expedición, al margen del anecdótico record de altura, tuvo un gran valor científico. Además de los datos de viento, temperatura y presión durante el ascenso, se tomaron muestras de aire, se realizaron estudios de rayos cósmicos, espectrofotometría, conductividad eléctrica, propagación de ondas de radio, etc. que contribuyeron al conocimiento de la baja estratosfera. Las fotografías tomadas durante el vuelo mostraron por primera vez la curvatura de la Tierra y el contraste entre la troposfera y la estratosfera.
El vuelo transoceánico de Juan Ignacio Pombo
La prensa también seguía puntualmente las etapas del vuelo trasatlántico Santander-México que llevaba a cabo el piloto santanderino Juan Ignacio Pombo, al que vemos en la fotografía con su pintoresca boina junto a su avioneta.
El cruce atlántico se inició desde Banjul (Gambia) el 21 de mayo de 1935. Previamente realizó varias escalas por la costa africana, motivadas por el intenso viento Harmattan y la proximidad de tormentas de arena. En el siguiente mapa se muestra el reanálisis de superficie del día 16 de mayo, día en el que partió desde el aeródromo de Tablada (Sevilla), y los días sucesivos. En los mapas se puede apreciar el fuerte gradiente de presión en la costa noroccidental de África.
Durante la travesía atlántica, Pombo hubo de atravesar en una frágil avioneta grandes masas de cumulonimbos, probablemente asociados a ondas del Este y a la zona de convergencia intertropical, sin poder modificar el rumbo por el escaso combustible disponible. En esta hazaña en la que salvó la vida milagrosamente, recorrió 3160 km aterrizando en Natal (Brasil), tras 16 horas y 47 minutos de vuelo, estableciendo un record para aeronaves ligeras (Fuente: Real Aeroclub de España. 75 años del vuelo de Juan Ignacio Pombo a México).
Ola de Calor en EE.UU. e inundaciones en China
En cuanto a fenómenos meteorológicos adversos, los diarios incluyen información sobre las inundaciones en China, con miles de ahogados, y la ola de calor en EE.UU. que ocasionó decenas de muertos.


Diario “El Sol”. 13 julio de 1935 (izquierda). Diario “Ahora”. 12 julio 1935 (derecha). Fuente Biblioteca Nacional de España
En los reanálisis del proyecto NOAA 20th Century Reanalysis v.3, del día 8 de julio de 1935, se observa un área anticiclónica sobre el Atlántico en latitudes medias que se extiende hacia EE.UU. y Europa, con geopotenciales altos en niveles medios, resultando una situación de bloqueo responsable de las altas temperaturas en el centro y este de EE.UU. Por el contrario, en el continente asiático predominan las bajas presiones, con un núcleo sobre el extremo este de China, y geopotenciales bajos en niveles medios, que probablemente dejaron copiosas lluvias.


Con esta última entrega damos por finalizado el estudio sobre el tornado de Fuentes de Valdepero de 1935 y otras noticias de interés científico aparecidas en prensa. Las hemerotecas son una herramienta básica para la investigación, y en este caso, nos ha permitido rescatar información sobre un fenómeno meteorológico singular, que hemos incluido en la base de datos SINOBAS. Animamos a los lectores a incluir estos reportes históricos singulares que contribuyen a un mejor conocimiento de estos fenómenos en España.
Bibliografía y Referencias:
Historia de la Medicina Aeronáutica. Canaveris,G. 2014. Editorial Dunken. Buenos Aires.
http://stratocat.com.ar/artics/explorer-e.htm
https://airandspace.si.edu/collection-objects/cabin-explorer-ii/nasm_A19370060000
El tornado de Fuentes de Valdepero (Palencia) del 12 de julio de 1935 (Parte I)
El tornado de Fuentes de Valdepero (Palencia) del 12 de julio de 1935 (Parte II)
El tornado de Fuentes de Valdepero (Palencia) del 12 de julio de 1935 (Parte III)