Por Miguel Ángel Martínez Rubio, AEMET
La situación sinóptica del 22 al 24 de febrero de 2020 presentaba un anticiclón en el entorno de la Península y una borrasca en el de Canarias. Esta configuración provocaba intensos vientos en superficie soplando hacia Canarias desde el continente.
Los vientos en superficie, cuando son lo suficientemente fuertes, pueden levantar y transportar enormes nubes de polvo, que no solo se perciben desde el suelo, sino también desde los satélites de observación de la Tierra, a miles de kilómetros de altura.
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