Por Manuel Antonio Mora García. Meteorólogo del Estado. Delegación Territorial de AEMET en Castilla y León.
En este último capítulo sobre la meteorología en el Museo del Prado, nos centraremos en el viento, variable meteorológica que algunos autores han sido capaces de representar, obviamente por sus efectos indirectos. En el capítulo de nubes singulares vimos que el viento pudo ser la causa del accidentado primer vuelo tripulado en globo aerostático realizado en territorio español. También en el capítulo dedicado a la Pequeña Edad de Hielo vimos un ejemplo de ventisca o nieve levantada por el viento en la obra de Goya “El invierno”, y también en el capítulo dedicado a los litometeoros una posible tormenta de arena del mismo autor.
El viento es la fuerza motriz del oleaje, tanto en la mar de fondo que se genera a cientos de kilómetros del lugar donde se observa, como en la mar de viento que se genera casi instantáneamente con los vientos súbitos o repentinos en un determinado lugar, como ocurre en el caso de las galernas del Cantábrico.
La escala de viento ideada por Beaufort, basada en la forma de navegar de un marino experto según la intensidad del viento, fue modificada por Simpson incluyendo explícitamente el estado de la mar (oleaje), y posteriores modificaciones añadieron sus efectos en tierra, de forma que esta escala nos permite estimar y cuantificar la velocidad del viento observando el estado de la mar u observando el movimiento de los objetos en tierra por la acción del viento.
https://www.aemet.es/documentos/es/conocermas/maritima/escalas_de_viento_y_oleaje.pdf
El museo del Prado atesora numerosas obras con escenas donde la mar es protagonista: marinas, naufragios o combates navales. Algunos de ellos ya han sido analizados en anteriores capítulos, a continuación mostraremos algunos más.
Marina. Edwin Hayes. 1876. Óleo sobre lienzo, 92 x 153 cm.
Marina. Ricardo Verdugo Landi.1920. Óleo sobre lienzo, 99 x 199 cm.
Los temporales marítimos se han cobrado muchas vidas de tripulantes y pasajeros de buques mercantes, de la Armada y de pesqueros. A través de esta selección de cuadros del museo podemos reproducir escenas trágicas de nuestra historia, en una narración que se inicia con los expertos marinos que se enfrentan a un fuerte temporal, incapaces de vencer a la fuerza del oleaje, encallan en las abruptas costas. Algunos náufragos consiguen llegar a la costa, pero aún queda la penosa tarea de visitar a las familias de los desaparecidos y dar sepultura a los fallecidos.
¡Todo a babor!. Ventura Álvarez Sala. 1897. Óleo sobre lienzo, 230 x 280 cm.
Marina (Rocas de Agaete). Manuel López Ruiz.1946. Óleo sobre lienzo, 83,5 x 142,5 cm.
La última ola. Ocón y Rivas, Emilio. 1893. Óleo sobre lienzo, 250 x 224 cm.
¡Víctimas del mar!. Álvarez Armesto, Primitivo. 1894. Óleo sobre lienzo, 334 x 445 cm.
La última borrasca. Guillén Pedemonti, Heliodoro1892. Óleo sobre lienzo, 130 x 210 cm.
Los efectos en la costa de los temporales marítimos en algunas ocasiones son muy notables y destructivos. En este dibujo de Ricardo Balacas, paisajista, retratista y pintor de escenas costumbristas y bélicas, se hace referencia a los efectos de un huracán en el puerto de A Coruña acaecido el 30 de enero de 1869. La escena representada muestra de forma elocuente el fuerte viento y el gran oleaje, sin embargo, no se tiene constancia de este episodio, que más bien debió ser un fuerte temporal (febrero no es época de huracanes), y en todo caso, es muy extraño que un huracán pueda llegar a la península como ciclón tropical intenso.
De igual forma esta obra del italiano Gaspar Dughet se titula “El huracán”. En la parte de la izquierda se ve a un campesino que avanza con dificultad por el sendero, quizás por la intensidad del viento, que se aprecia de forma más notable por la aparente agitación de las ramas de los árboles de la colina, donde además parece que arrecia la lluvia.
El huracán. Gaspar Dughet. Hacia 1667. Óleo sobre lienzo, 74 x 98 cm.
Según la escala Beaufort podríamos pensar en un viento muy fuerte, en torno a 60 km/h. Sin embargo, a la derecha, aparece un árbol con el tronco fracturado y la copa en el suelo. Según esta escala, previamente se podrían haber producido vientos huracanados de unos 120 km/h (capaces de arrancar grandes ramas de árboles).

Escala Beaufort de viento. Fuente: SMN Argentina
https://www.smn.gob.ar/noticias/%C2%BFc%C3%B3mo-clasificamos-la-intensidad-del-viento
En el caso de ciclones tropicales (denominados huracanes en el Caribe), la escala basada en impactos utilizada es la Saffir-Simpon, que aplicada a nuestra obra correspondería con un posible huracán categoría 1 (33 m/s equivalen aproximadamente a 120 km/h).

Fuente NOAA
https://www.aoml.noaa.gov/hrd/tcfaq/D1_esp.html
Vientos aparentemente más débiles se intuyen en esta obra del pintor flamenco Simon Vlieger, donde parecen agitarse vigorosamente las ramas de los árboles.
Bosque. Simón de Vlieger. 1640 – 1645. Óleo sobre tabla, 61 x 61 cm.
Las tormentas también son capaces de originar fuertes vientos, en esta obra del francés Loutherbourgh, parece que el pastor se sujeta el sombrero para que no vuele y el grupo lo cierra el perro con el rabo entre las piernas, quizás asustado por los truenos.
Para finalizar mostramos el oscuro sarcasmo de Goya en estos dibujos, el primero preparatorio del segundo, un aguafuerte de la serie “Los Caprichos”. En ellos se muestra a dos prostitutas, una de ellas, a causa del viento muestra sus piernas hasta las rodillas. En la moralista España de aquella época los títulos lo dicen todo “Si ay culpa en la escena la tiene el trage”, aunque realmente la culpa es del viento, y “Mala noche”, en alusión a la escasez de clientes por el tiempo.
A continuación reproducimos por su fino humor el texto que aparece en la ficha técnica del museo:
“Fiel reflejo de la crítica social, podemos entrever esta intencionalidad a través de los manuscritos que se conservan en el Museo del Prado de Valentín Carderera, en la Biblioteca Nacional y por el Diccionario de la Academia Española (ed. 1791 y 1803). Se dice en el primero de ellos: A estos trabajos se esponen las niñas pindongas q.e no se quieren estar en casa (mujer callejera que no hace las cosas de su casa). El de la Biblioteca Nacional resulta mucho más esclarecedor: Noche de viento recio, mala para las putas, completándose con el texto del Diccionario de la Academia Española: Malo anda el negocio, cuando el viento, y no el dinero, levanta las sayas a las buenas mozas.”
Agradecimientos: A Rubén del Campo Hernández, por la revisión de los textos y asesoramiento específico.
Nota:
Los pies de las imágenes contienen hipervínculos a los cuadros de la colección del Museo del Prado, se recomienda su acceso para poder apreciar la obra en toda su dimensión y visualizar todos los detalles.
Referencias y bibliografia:
La mayoría de las obras referenciadas de la colección del museo del Prado aparecen profusamente comentadas, incluyendo bibliografía y datos técnicos sobre la obra y el autor. Esta información se ha aprovechado parcialmente para realizar los comentarios específicos. https://www.museodelprado.es/coleccion/.
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