Artículo de CARLOS CANO-BARBACIL¹, JAVIER CANO SÁNCHEZ^{2 1}Senckenberg Research Institute and Natural History Museum, Frankfurt, Department of River Ecology and Conservation, Gelnhausen, Germany ²Delegación Territorial de AEMET en Madrid

Carlos.cano-barbacil@senckenberg.de, jcanos@aemet.es

La familia de los cicádidos, o de las cigarras, reúne unas 1500 especies y se extiende fundamentalmente por la zona tropical del planeta, aunque algunas especies llegan a latitudes más septentrionales, como Lyristes plebejus, un insecto grande de 5 cm de longitud, con dos pares de alas membranosas. A pesar de ser una especie muy común en toda la región mediterránea y en la península ibérica, donde ocupa las comarcas de clima semiárido, es difícil de observar. Sin embargo, su canto se deja oír ininterrumpidamente durante las horas de más calor en las últimas semanas de la primavera y verano. Su canto es tan notorio que llega a dar nombre a un paraje de las afueras de la ciudad de Toledo, denominado los «Cigarrales».

Los machos emiten su canto, una especie de monótono chirrido, cuando la temperatura del aire alcanza los 24,8 °C en promedio. El sonido se produce mediante la vibración de dos pequeñas membranas llamadas tímbalos, localizadas en dos cavidades resonantes, una a cada lado del abdomen.

Desde el año 1985 se lleva haciendo un estudio ininterrumpido de la fenología de la cigarra en las ciudades de Madrid, Getafe y Valdemoro, en el que se ha registrado la fecha en la que se escucha por primera vez su canto. Los resultados de este seguimiento revelan que estos insectos comienzan a cantar en el mes de junio, y dejan de hacerlo en agosto o septiembre, en función de las tormentas y el descenso de las temperaturas al final del verano.

Sin embargo, en estos últimos 40 años se ha observado un adelantamiento en la fecha en la que se produce el primer canto de la cigarra. De hecho, este año se ha escuchado a la cigarra el 30 de mayo en la zona de estudio, lo que supone la fecha más temprana registrada, con un adelanto de 18 días con respecto al valor central (mediana) que correspondería al 18 de junio (hay que tener en cuenta que este año es bisiesto). Se trata, por lo tanto, de una fecha considerada como extremadamente temprana desde el punto de vista fenológico, ya que nunca antes se había escuchado el canto a finales del mes de mayo. Todo hace pensar que la combinación de las altas temperaturas, por un lado, y la escasez de precipitaciones, por otro, durante los meses de abril y mayo, han inducido su temprana salida.

Para finalizar, nada mejor que hacerlo con las palabras de Miguel de Unamuno, quien en su libro Andanzas y visiones españolas de 1916 escribió: «las cigarras, ebrias de sol, estremecen el cielo y la tierra con su chirrido».