El día 26 de julio de 2019, a las 11:00, se realizó un humilde homenaje a los hermanos Sixto, Estanislao y David José Gangutia. Fue en la calle Doctor Azcarraga 19 de Cenicero, donde tenemos un pluviómetro y una garita para medición de temperaturas.
EL acto consistió en la entrega de un diploma a cada uno por parte del Delegado Territorial de La Rioja Jose Antonio Pellitero Abia, como reconocimiento a su incansable labor desde 1949. A continuación el Delegado del Gobierno en La Rioja José Ignacio Pérez Sáenz le obsequió a Sixto, como representante de los tres hermanos, con un libro de todas las medidas que han ido anotando estos 70 años cuidadosamente encuadernado.
Acudieron a la cita también familiares de los hermanos y varios medios. Entre ellos, TVE de La Rioja, y TVR, avisados por la Jefa del Gabinete del Delegado, Sara Isabel Orradre Castillo, que también estuvo presente. También fue invitado el Alcalde de Cenicero, Marcos Jiménez Zapatero.

En la foto, de izquierda a derecha, David José, Sixto, Estanislao, José Ignacio Pérez Sáenz, Jose Antonio Pellitero Abia, y Marcos Jiménez Zapatero.
En el año 1949 Sixto Gangutia Frías, natural de Cenicero (La Rioja), tras ser el encargado del Servicio Meteorológico del Ejército mientras prestaba el servicio militar en el acuartelamiento de Agoncillo (La Rioja), y hacer un curso de especialización en Zaragoza, comenzó a tomar datos meteorológicos con una pequeña estación, la 9145-A, situada en la tonelería de su padre. Sus hermanos Estanislao y David José se incorporaron también al equipo de toma de datos, de modo que siempre estaba uno de ellos cuando uno faltaba.
Durante más de 70 años de trabajo facilitaron los datos a la Agencia Estatal de Meteorología, actual AEMET. Ya hoy jubilados, siguen día tras día midiendo las temperaturas, las precipitaciones y observando el cielo, para luego anotarlo en los cuadernos de la Agencia.
En 1949 fueron los primeros en registrar una Aurora Boreal, al Norte, sobre la sierra de Toloño, límite de La Rioja con Álava.
Sixto ha recibido dos importantes premios: Primero fue distinguido en Zaragoza por el director del Centro del Ebro, Manuel Casals Marcen, con motivo del Día Meteorológico Mundial. Posteriormente fue el Premio Nacional de Meteorología en Madrid, de manos de la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona.