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Influencia de la meteorología en la Guerra Civil española:

la Batalla de la Ciudad Universitaria

Articulo de Fernando LLORENTE MARTÍNEZ Agencia Estatal de Meteorología

En este artículo se analiza la evolución militar y cómo la situación meteorológica, en especial con la formación de una dana, terminó influyendo en el desarrollo de los acontecimientos. Todos los datos meteorológicos corresponden al observatorio de Madrid-Retiro.

1. INTRODUCCIÓN, LOS MESES PREVIOS AL ASALTO A LA CAPITAL

Los meses del verano de 1936 fueron cálidos y secos, el campo padeció una importante sequía, pero estaba inundado con la sangre de los españoles. Mientras la pesadilla de la guerra «incivil», como le gustaba decir al tío Antonio, aumentaba y se dirigía a la capital, Madrid intentaba mantener una tensa normalidad. Desgraciadamente toda España estaba en una situación mucho más difícil, partida en dos y sin posibilidad de reconciliación, excepto con el triunfo de uno de los bandos, bien los leales al gobierno constituido de la Segunda República o bien los militares que se habían sublevado.

Durante los primeros meses de la guerra, Madrid tuvo el triste honor de ser la primera gran ciudad en sufrir los devastadores bombardeos aéreos y en la invención de la expresión «quinta columna», que se atribuyó al general Mola, cuando en una alocución de radio mencionó que: «mientras bajo su mando cuatro columnas se dirigían a la capital, había una quinta formada por los simpatizantes dentro de la ciudad». Esta expresión ha sido posteriormente utilizada en todos los enfrentamientos armados acontecidos después de aquella guerra.

Situación de los frentes en noviembre de 1936. (Fuente: Madrid en guerra: imágenes de la guerra civil española. Agencia EFE).

Desde el punto de vista meteorológico, los meses de julio, agosto y septiembre fueron mucho más calurosos de lo normal y las precipitaciones muy escasas. En el observatorio de El Retiro, solo se recogió el 33 % de la precipitación normal del verano. Se esperaba al otoño para calmar algo la sequía estival, pero octubre negó la lluvia y la situación continuó complicándose. En ese mes apenas cayó en Madrid el 25 % de la precipitación normal.

2. LA BATALLA DE MADRID

Así se denomina a los enfrentamientos que se produjeron entre el 8 de noviembre, inicio del asalto frontal contra la capital, y el 23 de noviembre, cuando en una reunión que tuvo lugar en la localidad de Leganés, a pocos kilómetros de Madrid, el general Franco decidió cambiar de táctica y poner fin al asalto directo. Dentro de este periodo, la parte principal del enfrentamiento y por tanto la más sangrienta, se produjo, entre el 15 y el 23 de noviembre, en la zona de la ciudad universitaria que en aquel entonces estaba mucho más descampada, con pocos edificios, ya que empezaba a agrupar a las facultades que estaban distribuidas por el interior de la ciudad.

En la zona de Madrid, los primeros días de noviembre continuaron con una pauta similar a la de los meses pasados: tiempo seco, con pocas precipitaciones, dominio del sol, temperaturas altas para la época y algunas brumas matinales. Pero justo unos días antes del comienzo del asalto, entre el 5 y el 8, la situación anticiclónica se empezó a debilitar, con una sucesión de frentes por el norte peninsular que hicieron que en Madrid se recogiera un total de 1,8 l/m2, con aumento de la nubosidad y sobre todo del viento, factores muy negativos para el apoyo de la aviación en las operaciones militares.

Otro punto a tener muy en cuenta es la orografía de Madrid. El río Manzanares atraviesa la ciudad de norte a sur por su lado oeste; aunque no es caudaloso, sí suponía un importante obstáculo, y para poder atravesarlo, bien había que vadearlo, bien había que levantar puentes o bien había que conquistar los ya construidos antes de que pudieran ser volados. De norte a sur los principales grandes puentes que podían facilitar el paso de tropas y de material eran el de San Fernando, muy alejado del centro urbano, el de Castilla, el del ferrocarril o de Los Franceses, el de la República o del Rey, el de Segovia, el de Toledo y el de la Princesa. Otra peculiaridad del Manzanares es que estaba canalizado entre los puentes de Los Franceses, al norte, y el de la Princesa, al sur; por lo que o bien se intentaba vadear por el norte, alejándose del centro urbano, o bien se debía intentar cruzar los puentes para tener una vía más directa de asalto.

La canalización de la época no tenía nada que ver con la situación actual. Imágenes de arriba abajo y de izquierda a derecha de los puentes de Toledo, 1930; de la Reina, 1934; de los Franceses, 1930; y de Segovia, 1934. (Fuente: Biblioteca Digital Memoria de Madrid, http://www.memoriademadrid.es/).

Además de todas estas dificultades, las tropas franquistas, una vez cruzado el río, tenían otro inconveniente, ya que deberían luchar cuesta arriba, al estar las fuerzas republicanas situadas a una altitud mayor.

Tras los primeros enfrentamientos en los barrios exteriores de Madrid, inicialmente se estableció un frente de unos 20 km de longitud, desde casi la zona de Pozuelo de Alarcón al noroeste de la ciudad, el exterior de la Casa de Campo y Villaverde Alto por el oeste y el Cerro de Los Ángeles por el sur. Demasiado amplio y por tanto muy difícil de defender para las tropas gubernamentales, que en esos momentos tenían más hombres que fusiles y que estaban convencidos, por tratarse del camino más directo y teóricamente más sencillo, que el esperado ataque se produciría por la zona sur, donde tenían concentradas muchas más tropas.

3. INICIO, LA CASA DE CAMPO

Cuando la situación meteorológica estaba bastante revuelta, con viento, chubascos y nubes, en la tarde noche del día 7, los defensores tuvieron un primer golpe de suerte, una tanqueta italiana fue abatida, según unas fuentes en la carretera de Extremadura y otras cuando intentó atravesar el puente de Toledo, algo más al sur. Los milicianos se apoderaron de una copia de las órdenes con todos los detalles del plan de ataque del día siguiente que poseía uno de los tanquistas muertos. La Junta de Defensa de Madrid tuvo unas horas para modificar su plan de defensa y trasladar parte de sus tropas hacia el norte, a la zona de la Casa de Campo y de la ciudad universitaria.

Frente a frente, entre 30 000 y 40 000 hombres, unos cansados por el rápido avance desde el sur pero con la moral alta por las victorias, otros abatidos por las continuas derrotas pero desesperados por no tener ya más lugar donde retirarse, van a librar la gran batalla por Madrid. Por un lado lo mejor del ejército rebelde, con disciplina y acostumbrados al combate en África, y junto a ellos, miles de voluntarios muy motivados. Y por el otro, una abigarrada mezcla de milicianos, voluntarios de partidos y sindicatos, militares reincorporados al ejército, guardias civiles, carabineros y posteriormente las Brigadas Internacionales.

Evolución del frente de Madrid entre el 6 y el 23 de noviembre. (Fuente: La guerra civil española, mes a mes. Número 7, La batalla de Madrid, noviembre de 1936. Biblioteca El Mundo).

El día 8, tras el paso del último frente de madrugada, amaneció con más claros que nubes y al despuntar el día se produjo el ataque; por la zona de Carabanchel al sur, hacia el puente de Toledo, en una maniobra de distracción y con el ataque principal sobre la Casa de Campo, al oeste. La señal fue un bombardeo artillero y de la aviación franquista sobre las tropas defensoras. Las columnas rebeldes penetraron en el antiguo jardín real volando su valla perimetral en varios puntos, intentando alcanzar el cerro Garabitas, pero sin éxito. Los republicanos aguantaron la primera embestida del ejército franquista, que comprobó amargamente que ya no bastaba con los avances a pecho descubierto de legionarios y regulares para hacer retroceder a los milicianos.

Durante los días 9, 10 y gran parte del 11 la situación meteorológica fue de calma, con una cuña anticiclónica que mantuvo los cielos poco nubosos, máximas elevadas para noviembre y mínimas no excesivamente bajas. Fue el momento de la aviación, importantes combates aéreos entre los cazas, los que apoyaban a los bombarderos rebeldes en su intento de alcanzar las márgenes del Manzanares y los republicanos que querían, por todos los medios, impedirlo.

Los combates en tierra continuaron, con algo menos de intensidad que el día 8. En la tarde del 11 y durante la mañana del 12, un frente frío barrió toda la península ibérica con precipitaciones de cierta intensidad, que en la capital llegaron a los 6 l/m2 e hizo que las temperaturas descendieran notablemente, aumentase la fuerza del viento y la nubosidad fuese variable, lo cual impidió los movimientos aéreos de apoyo a la infantería, así como el uso de la artillería.

El 13 amaneció frío, con mala visibilidad en la Casa Campo y en la ribera del río. Momento utilizado por las fuerzas rebeldes para realizar un importante ataque que consiguió ocupar y consolidar el cerro de Garabitas. Se trata de una elevación del terreno en la Casa de Campo situada a escasos dos kilómetros de la puerta del Sol, punto central de Madrid, donde instalaron su artillería, lo que facilitó el bombardeo de las fuerzas republicanas. Los madrileños llegarán a llamar «El lechero» al madrugador primer obús que se lanzaba diariamente desde este cerro. Se combatió ya en el puente de Los Franceses y en el de Castilla y finalmente las tropas asaltantes lograron alcanzar las cercanías del río, en una línea de frente de aproximadamente 1000 metros, entre el puente ferroviario y el Club de Campo, algo más al norte.

4. El cruce del Manzanares

El 14 se mantuvo una calma tensa a la espera de acontecimientos. Y el 15 se desató la tempestad en el frente. Como en el cuadro de Goya Duelo a garrotazos los dos ejércitos se prepararon para atacar, el primero que lo hizo fue el sublevado; a las 9 de la mañana, unos 6000 soldados se lanzaron a cruzar el Manzanares a toda costa, intentando entrar entre la ciudad universitaria, al norte y el parque del Oeste más al sur.

Pese a la poca visibilidad en la zona, provocada por una niebla debida a la situación de altas presiones junto a una pequeña entrada fría en altura, la carga se inició con un gran bombardeo artillero y aéreo que pilló por sorpresa a los republicanos que estaban, a su vez, preparando su ataque. En una hora se presionó tanto los puentes de Castilla y el ferroviario que Vicente Rojo, jefe del Estado Mayor republicano en Madrid, decidió volar el primero de ellos.

Evolución del frente en la zona de la ciudad universitaria, entre los días 15 y 23 de noviembre. El color azul representa la zona del ejército franquista y el color rojo el republicano. (Fuente: La guerra civil española, mes a mes. Número 7, La batalla de Madrid, noviembre de 1936. Biblioteca El Mundo).

Algo más al sur, tropas regulares vuelan la tapia de la Casa de Campo para dar paso a una columna de tanques. Llegaron hasta el río, pero quedaron encallados sin poder avanzar, en una situación muy delicada. Para intentar ayudarlos se forzó un ataque suicida para vadear el río,fueron designados los Regulares de la 2.ª Compañía del III Tabor de Tetuán. Con el agua fría hasta las rodillas, con el fuego cruzado de las ametralladoras que intentaban impedirles el avance, por la tarde, con muchísimas bajas, consiguieron cruzar. El paso fue en las inmediaciones del Club de Campo, rápidamente se adentraron en la ciudad universitaria, alcanzando la Escuela de Arquitectura.

5. la BATALLA DE LA Ciudad Universitaria

El noroeste de Madrid era un caos. Hombres que iban a reforzar las defensas, otros que las abandonaban a la carrera, hombres que ocupaban edificios, otros que los intentaban desalojar. Solo la llegada de otra fría noche ayudó a los defensores republicanos. Se calcula que habían cruzado el río entre 200 a 400 soldados rebeldes.

El día 16 la situación atmosférica se mantuvo, día soleado, con mañana fría y algo de niebla y tarde con buena visibilidad y temperatura agradable. Eran condiciones idóneas para continuar la masacre, tanto en tierra como en el aire. Los dos bandos se lanzaron a una lucha feroz, sin cuartel, unos por desalojar a los recién llegados y otros por ampliar la cabeza de puente. La balanza terminó, en parte, inclinándose del lado franquista, que aun sin conseguir todos sus objetivos, sí logró impedir el contraataque republicano y, además, adentrarse aún más en la orilla izquierda del Manzanares, al conquistar la Casa de Velázquez y la Escuela de Agrónomos, un avance de unos 700 metros; las bajas fueron cuantiosas por ambas partes. Por la tarde, mientras el bando rebelde sí consiguió relevar a las tropas del día anterior, los republicanos no lo pudieron hacer. Además, con unas condiciones atmosféricas excelentes, la aviación franquista inició un masivo bombardeo de Madrid que duró varias horas.

Imágenes de algunos de los edificios destruidos en el frente de batalla. Escuela de Arquitectura y Casa de Velázquez, antes y después. (Fuente: Biblioteca Digital Hispánica, Biblioteca Nacional de España).

Las condiciones meteorológicas siguieron muy estables y el día 17 se desató la batalla más dramática hasta la fecha, la más amarga, la más sangrienta. Se realizó un ataque en todo el frente, desde el barrio de Usera por el sur, hasta la ciudad universitaria al norte. Aquí, una de las tres columnas atacantes consiguió llegar hasta las facultades de Medicina y Odontología al norte, aunque sin conseguir tomarlas, pero provocó la retirada republicana hasta el Hospital Clínico. Algo más al sur, se amplió la cuña conquistando la Residencia de Estudiantes y el actual rectorado de la Universidad Complutense de Madrid, aunque sin alcanzar la plaza de Moncloa, donde ahora está el edificio del Cuartel General del Ejército del Aire.

6. la Ciudad Universitaria, una lata de sardinas y el gran combate aéreo

El día 18 amaneció con cielo poco nuboso, temperatura fresca y algo de niebla, estas condiciones ayudaron a que el frente en la ciudad universitaria volviera a convertirse en terribles cráteres volcánicos, y por doquier se sembrase la muerte y la desolación. La lucha fue hombre a hombre en el Hospital Clínico y en la Facultad de Filosofía y Letras, también en el palacete de la Moncloa, que finalmente cae en manos rebeldes e impide que un contraataque republicano, procedente del norte, embolsase a las tropas atacantes de la margen izquierda. No hay un frente definido, se calcula que ya son unos 3000 soldados rebeldes los que había en la cuña, con su vértice en el Hospital Clínico, que ya no será recuperado por las tropas republicanas pese a los sucesivos ataques y con su base en la Casa de Campo.

Imagen de la destrucción causada por los combates en el Hospital Clínico, donde se luchó piso por piso y sala por sala. (Fuente: Biblioteca Digital Hispánica, Biblioteca Nacional de España).

Por fin en la jornada del día 19 se pudo conseguir el relevo de los combatientes republicanos por hombres de refresco. A diferencia de lo que ocurrió en el bando franquista, donde legionarios y regulares marroquíes eran relevados cada día, a lo sumo cada dos, las filas republicanas tenían que resistir en sus puestos muchas más jornadas. Esto provocó que fueran diezmadas sin que las bajas pudieran ser fácilmente reemplazadas. Además, el cansancio, el hambre, la falta de sueño y las horas y horas de tensión nerviosa en primera línea provocaron efectos no deseados en los defensores. Su dieta más habitual era algo de caldo, un mendrugo de pan y una lata de sardinas.

También en esa misma jornada y gracias a las buenas condiciones meteorológicas, que pronto cambiarían, se produjo el mayor enfrentamiento aéreo hasta la fecha. Durante toda la jornada, principalmente por la tarde, la aviación franquista, con un total en todas las operaciones de 30 bombarderos, acompañados de 24 cazas, atacaron Madrid de forma continuada. Despegaban del aeródromo principal de Ávila y de los cercanos a Madrid de Cuatro Vientos y de Getafe. Lo intentaron impedir las escuadrillas aéreas destinadas en Alcalá de Henares, Algete y Barajas, entre 12 y 15 aparatos republicanos.

Principales aviones que entraron en combate durante la batalla de Madrid. Imágenes de arriba abajo y de izquierda a derecha del JU-52, bando franquista; I-16, bando republicano, denominado Mosca o Rata; Fiat CR-32, franquista, mote Chirri; e I-15, republicano, denominado Chato. (Fuente: Museo de aeronáutica y astronáutica, https://ejercitodelaire.defensa.gob.es/EA/museodelaire/index.html. La foto del I-16 pertenece a un modelo restaurado por la Fundación Infante de Orleans).

Desde esta fecha y hasta el final del asalto directo, el 23 de noviembre, los bombardeos aéreos fueron constantes, pese a las malas condiciones meteorológicas, se atacó de noche para impedir el uso defensivo de los cazas, aunque la efectividad directa de las bombas no fuese tan importante, ya que el objetivo principal era la desmoralización de la población civil, en un intento desesperado de hacer que la ciudad se rindiese al precio que fuese.

7. la llegada de una DANA y el fin del asalto

El segundo golpe de suerte vino con un cambio atmosférico muy importante; durante el día 19 se produjo una estrangulación del frente polar, que dio lugar a una profunda dana que a la jornada siguiente afectó principalmente a la zona centro.

El día 20 amaneció frío, nublado, con lluvia, que se mantuvo durante casi toda la mañana, cayeron algo más de 7 l/m2, además de un sinfín de bombas, muchas de ellas incendiarias que provocan un caos continuo en la ciudad. Los movimientos de la bolsa de aire frío fueron muy escasos, sucedió como en la batalla por Madrid, la cual estaba en un punto muerto. Ninguno de los contendientes podía con el otro.

Mientras la lluvia siguió cayendo el día 21, con casi otros 7 litros, el frío y las nubes se mantuvieron; los rebeldes ocuparon algún edificio más en la ciudad universitaria, pero el precio en vidas era cada vez más alto. Con las nubes bajas predominando y con mala visibilidad durante estas jornadas, los atacantes no pudieron utilizar ni el apoyo artillero desde el cerro de Garabitas ni la aviación, ya que podían poner en peligro a sus propias tropas. Apenas había 50 metros de separación entre las líneas, entre las trincheras, entre las dos Españas.

Reanálisis a 500 hPa de los días 19 al 22 de noviembre de 1936. El embolsamiento frío se independizó el día 19, se desplazó al centro peninsular y provocó un cambio significativo en las condiciones meteorológicas, con importantes precipitaciones, mucha nubosidad y viento. (Fuente: https://www.wetterzentrale.de/).

El día 22 se inició con niebla, seguía la inestabilidad atmosférica y se sucedían las escaramuzas militares. No se trataba de que las fuerzas republicanas estuvieran tomando la iniciativa, se trataba de que el empuje de los rebeldes se estaba agotando. Finalmente, el día 23, con los últimos coletazos del embolsamiento frío en altura y con una precipitación escasa en Madrid, se produjo la reunión de Leganés, entre los generales Mola, Saliquet, Varela y Franco. Se acordó finalizar el ataque directo sobre la capital, pero mantener a toda costa la cabeza de puente en la ciudad universitaria.

8. conclusiones

Aún quedaban unos días para finalizar noviembre y serían los más lluviosos del mes, entre el 25 y el 28 un temporal del suroeste provocó importantes precipitaciones, se recogieron cerca de 22 l/m2, que dejaron un terreno todavía más enfangado y difícil para los movimientos de tropas. Justo en la madrugada del 29, cuando acaba el temporal meteorológico, nuevamente se inicia el terrestre, las tropas franquistas intentaron cortar la carretera de La Coruña en la zona de Pozuelo de Alarcón, unos 10 km al noroeste de la ciudad universitaria. La ofensiva no tuvo éxito.

Sin hacer ficción histórica, sí parece que la situación meteorológica fue un factor importante en la última etapa de la batalla de la Ciudad Universitaria, porque los atacantes no pudieron utilizar su superioridad militar, ni en tierra ni en el aire, como habían estado realizando anteriormente. Ante una situación de igualdad de material pero con los defensores en superioridad numérica en hombres, tenían más opciones de conseguir mantener sus posiciones, como así sucedió.

Se puede considerar que hasta marzo de 1937, momento en el que el frente quedó prácticamente definido, se luchó por Madrid, pero en la misma ciudad el combate no fue tan intenso como en estos días de noviembre, es el momento de intentar conquistar la capital cerrando el cerco, vendrán las batallas del Jarama, del 6 al 27 de febrero, y de Guadalajara, del 8 al 23 de marzo, pero eso son otras historias.

Las fuerzas implicadas han sido difíciles de cuantificar por el movimiento continuo de unidades, muchas de ellas sin completar. Se calcula que en todo el frente pudo haber unos 30 000 soldados republicanos frente a 20 000 franquistas, solo en la parte de la ciudad universitaria el número oscila entre los 10 000 a 14 000 republicanos y los 3000 a 5000 rebeldes. Las bajas fueron muy cuantiosas, llegando entre muertos y heridos a los 10 000 por cada bando.

La supervivencia de la ciudad fue épica, se había conseguido evitar su conquista directa. Pero ahora permanecerá cercada, asediada y hambrienta, todavía le quedan 28 meses de agonía, en que las trincheras del frente, esos 50 metros de tierra de nadie, marcaban la separación insalvable de las dos Españas.

BIBLIOGRAFÍA

Libros:

Agencia EFE. Imágenes inéditas de la Guerra Civil (1936-1939). Segunda edición.

Aróstegui, J. La Guerra Civil de España (1936-1939). Capítulo 5. Ed. El País.

Criado, M. A. La guerra civil española, mes a mes. Número 7, La batalla de Madrid, noviembre de 1936. Biblioteca El Mundo.

Guerra, R. Madrid 1931-1939 Segunda República y Guerra Civil. Ed. Street Art Collection.

Jackson, G. La República Española y la Guerra Civil.

Payne, S. y Tussell, J. La Guerra Civil.

Sánchez, A. y De Miguel, J. Batallas de la Guerra Civil, de Madrid al Ebro (1936-1939). Ed. Libsa.

Internet:

http://www.aemet.es/es/datos_abiertos/AEMET_OpenData (Datos meteorológicos)

https://www.tiempo.com/noticias/divulgacion/dana-o-gota-fria-hablemos-claro.html (DANA y “gota fría”, hablemos claro)

https://www.wetterzentrale.de/es/reanalysis.php?model=noaa (Reanálisis)

https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do (Biblioteca Nacional de Prensa Histórica, prensa)

http://www.bne.es/es/Catalogos/BibliotecaDigitalHispanica/Inicio/index.html (Biblioteca Digital Hispánica, fotografía)

https://legioncondoravila.wordpress.com/ (La Legión Cóndor en Ávila)

https://aerodromoalgete1936-39.blogspot.com/2009/09/el-aerodromo-de-algete.html (Aeródromo de Algete 1936-39)

https://ejercitodelaire.defensa.gob.es/EA/museodelaire/index.html (Museo de Aeronáutica y Astronáutica)

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