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LA LANGOSTA EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

Manuel Antonio Mora García. Meteorólogo del Estado. Delegación Territorial de AEMET en Castilla y León

La langosta mediterránea (Dociostaurus maroccanus) o langosta marroquí es una especie que presenta grandes similitudes con la langosta del desierto, de la que hemos hablado en un capítulo anterior. Sin embargo, existen notables diferencias en cuanto a su ciclo vital, morfología y otros aspectos, como su limitada capacidad migratoria.

Se distribuye dentro de una vasta región que se extiende desde las islas Canarias, ocupando el área mediterránea (norte de África y sur y parte del centro de Europa) y Oriente Medio hasta el este de Asia. Sus límites latitudinales son 29 grados N en su extremo sur y 48 grados N en su extremo norte, como podemos ver en el mapa.

Su hábitat son zonas esteparias o semiáridas, incluso semidesérticas, con lluvias primaverales que permitan el desarrollo de abundante vegetación (en torno a 100 mm en el trimestre de marzo a mayo); y en altitudes entre 500 y 1000 m, aunque se pueden presentar en altitudes superiores e inferiores. Las mayores infestaciones surgen cuando se producen dos o tres años de escasas precipitaciones primaverales. Una vez escasea el alimento en las zonas de avivamiento, las ninfas abandonan las zonas de erial y avanzan en bandas, que pueden alcanzar varios km de longitud y  decenas de m de anchura, sobre los pastos y cosechas que devoran. Los enjambres de adultos, con capacidad de volar a una velocidad entre 8-10 m/s, lo hacen durante el día a alturas entre 20 y 100 m, extendiéndose durante su ciclo de vida a distancias entre 50 y 75 km, aunque en ocasiones llegan hasta unos 250 km.

Su tamaño es inferior a la langosta del desierto, unos  2-3 cm de longitud los machos y unos 3-4 cm las hembras, ligeramente mayor en el estado gregario respecto al estado solitario. Su coloración presenta tonos grises y amarillentos, con manchas oscuras. Se identifican por la presencia de un aspa en el primer segmento del tórax (cruz de San Andrés). Otra diferencia respecto a la langosta del desierto, relativa al ciclo biológico, es que se trata de una especie univoltina (una sola generación al año). Las hembras realizan dos o tres puestas y cada ooteca, contiene unos 30 huevos de media (entre 16 y 45).

Aproximadamente un mes después de alcanzar el estado maduro, a partir de mayo, las hembras realizan la puesta de forma similar a la langosta del desierto,  permaneciendo en estado de diapausa (letargo) durante el invierno hasta la eclosión en los meses de febrero a abril. Al igual que la langosta del desierto, las ninfas realizan cinco mudas (en algunas ocasiones seis) conforme aumentan de tamaño, espaciadas entre 5 y 10 días, alcanzando el estado maduro entre 25 y 40 días después de la eclosión. A partir de la segunda muda las larvas, aún sin alas, se desplazan en grupo formando “bandas” o “cordones”, con gran número de individuos, que pueden alcanzar densidades de varios miles por metro cuadrado. Tras la última muda aparecen las alas que tardan entre 2 y 10 días en desarrollarse completamente y permitir el vuelo de la langosta adulta, alcanzando la fase madura que permite la copulación y reproducción. A mitad del verano la langosta suele desaparecer.

La  langosta mediterránea en España

Se trata de una especie endémica en España, principalmente en Extremadura y Aragón, en zonas muy concretas de erial y pastizal o zonas baldías. Cuando alcanzan un número elevado de individuos y ocupan explotaciones agrícolas, su notable voracidad provoca considerables daños en las cosechas.

Principales zonas permanentes de langosta en España: S, La Serena; A, Valle de Alcudia; T, zona de Llanos de Cáceres y Trujillo; H, zona de Los Pedroches; M, Los Monegros.- 1, región pirenaico-atlántica, de clima húmedo, y zonas interiores de máximas lluvias anuales; 2, región seca de la Peninsula, cuyo límite señala el área de invasión, potencial, de las plagas de Dociostaurus maroccanus Thunb.; 3, zonas permanentes o de reserva, (basadosobre Cañizo, 1942)

En España las ootecas o vainas que contienen los huevos se denominan “canutos” o “canutillos”, que deposita la hembra en verano en las zonas más apropiadas. Las hembras producen feromonas que sirven para agruparse durante la puesta, de forma que la densidad de ootecas en los “rodales” de puesta puede alcanzar valores de varios centenares por metro cuadrado. Una vez pasado el otoño y el invierno, con los calores de la primavera, acompañados de alguna lluvia, en las ootecas que han sobrevivido a sus depredadores (otros insectos, aves o animales) y a las inclemencias atmosféricas (lluvias intensas o heladas), se produce la eclosión de los huevos, generalmente en abril o mayo, en función de las temperaturas. El avivamiento en cada rodal de puesta es simultáneo, ya que las condiciones edafoclimáticas son similares, sin embargo, según la orientación y características de cada rodal, las condiciones térmicas del suelo son diferentes, por lo que el avivamiento se produce  antes en los que reciben más insolación (laderas orientadas al sur y con escasa vegetación).

Estados de desarrollo de la langosta mediterránea (dibujo: E. Morales, en Cañizo y Moreno 1.950)

En la bibliografía española, las langostas adquieren un nombre propio según la fase de crecimiento en que se encuentran. Durante las tres primeras fases (larvas), se denominan “mosquitos” o “moscas”, mientras que en las dos últimas (ninfas), antes del estado adulto en el que las alas están completamente desarrolladas, se denominan  “saltones”. Durante la fase de mosquito se alimentan agrupadas en su entorno de avivamiento sin provocar grandes daños, en las siguientes fases siguen agrupadas formando “manchones”, desplazándose linealmente a lo largo de “cordones” en busca de alimento. Los individuos adultos, conforme escasea el alimento adquieren mayor movilidad gracias a su capacidad de volar, y dependiendo del número de individuos, alcanzan la fase gregaria, volando en forma de enjambres hacia zonas con alimento. Finalmente la langosta, una vez fecundada, suele volver al lugar de avivamiento para realizar la puesta en los rodales, aunque si encuentra lugares idóneos para la puesta, puede realizarla en rodales distintos.

Una de las zonas endémicas en España es Extremadura. Según Arias et al. (1993), durante el decenio 1983 -1992 se  trataron 7700 ha con pesticidas. En el gráfico se puede observar la existencia de zonas donde fue necesario el tratamiento todos los años, mientras que en otras solamente fue necesario algunos años.

Tratamiento terreste de langosta en Extremadura: N.° de años en los que se trató en cada término municipal
durante el decenio 1983 a 1992

Estos autores analizaron el ciclo vital de la langosta en la campaña de 1992, que no resultó  uniforme en todas las zonas, al depender de las características edafoclimáticas de los rodales, como vemos en el gráfico. El periodo de eclosión comenzó a mediados de marzo, con los primeros ejemplares de adultos a principios de mayo. El periodo de puesta abarcó desde mediados de mayo aproximadamente hasta mediados de junio y el insecto desapareció a finales de junio. La población media estimada fue de 37 000 langostas adultas por hectárea y un consumo estimado de 1.227 kg de pasto, cuyo valor en las hectáreas invadidas podría haber supuesto 836 millones de las antiguas pesetas. El gasto en las campañas de fumigación, que contempló también medios aéreos, alcanzó los 146 millones de pesetas. Estos cálculos ponen de manifiesto el indudable balance positivo de la relación coste/beneficio de las campañas de control de las plagas de langosta, aunque según el tipo de pesticida, habría que evaluar los daños medioambientales.

En estos interesantes videos se  puede ver información sobre las plagas de langosta en Extremadura y los procedimientos de control de plagas, de los que hablaremos en otro capítulo de forma más detallada.

La Langosta mediterránea. Nueva campaña fitosanitaria del Servicio de Sanidad Vegetal de la Dirección General de Agricultura y Ganadería de Extremadura

 Otras especies de langosta

Las dos especies de langosta más representativas en nuestro territorio son la langosta mediterránea en la Península y Baleares y la langosta del desierto en Canarias. Sin embargo, nuestro territorio puede verse afectado por decenas de especies, entre las que destacamos la langosta italiana, la langosta migratoria y la langosta egipcia.

 Langosta italiana (calliptamus italicus)

Presenta una amplia distribución en Europa y Asia, llegando hasta latitudes de 46 N, aunque en escaso número.

Las hembras realizan seis mudas, una más que los machos. El avivamiento ocurre entre abril y junio. La puesta se realiza entre junio y septiembre, con una generación anual. Suelen encontrarse en fase solitaria, difícilmente alcanzan el estado gregario. En años secos se pueden producir brotes en el NE peninsular.

Langosta migratoria (locusta migratoria)

Es la especie que tiene mayor difusión mundial, con presencia en zonas templadas y tropicales de Europa, África, Asia y Oceanía, con distintas subespecies.

Generalmente se producen dos generaciones anuales. Su coloración es gris en el estado solitario. En estado gregario su coloración varía entre marrón y gris según la fase. Es más robusta que la langosta del desierto. Si se forman enjambres, éstos son muy densos, volando a escasa altura.

 Langosta egipcia (Anacridium aegyptiyum)

Se trata de una subespecie de la langosta arbórea (Tree Locust).

Similar a la langosta del desierto, aunque en su desarrollo puede presentar entre seis y nueve mudas. Generalmente una generación anual. De color gris o marrón y aspecto robusto, que dificulta su vuelo en enjambres pequeños.

 

Distribución de la langosta en España. Zonas favorables para nuevos brotes y factores meteorológicos.

En el próximo capítulo se analizarán algunas referencias históricas a las plagas de langosta, que han afectado a gran parte del territorio peninsular en épocas pasadas y que aparecen documentadas en distintos archivos. Gomes et al. (2019) analizan las plagas en la Península durante el periodo 1898-1947. La distribución por provincias de los 824 registros documentados  muestran una mayor frecuencia en el sur y suroeste peninsular. Los autores identifican tres grandes plagas que afectaron a Portugal, la primera de ellas iniciada en 1898 comenzó en territorio español, cruzando la frontera.

En el capítulo dedicado a la langosta del desierto vimos la influencia de las variables meteorológicas en el desarrollo y migración de la langosta. Para cualquier modelo predictivo son fundamentales los datos de entrada, una de las grandes fuentes de error, pero en este caso existen dificultades añadidas, ya que intervienen múltiples factores difíciles de controlar como son conocer la distribución, población, estado de crecimiento, vegetación, posibilidad del cambio de estado solitario a gregario, enfermedades, depredadores, etc. Por tanto los modelos predictivos están sujetos a grandes incertidumbres.

Aragón et al. (2013), en un completo e interesante artículo que a continuación resumimos, obtienen un mapa de riesgo de plagas de langosta en España.  Desde hace años se utilizan modelos predictivos para estimar la distribución espacial de especies animales buscando la correlación entre factores medioambientales, de gran interés en el caso de las plagas, y que además permiten un uso razonable de los pesticidas, en ocasiones muy perjudiciales para el medio ambiente. Consideran ocho especies de langostas detectadas en la Península (incluyendo la langosta mediterránea y la marroquí), con muestras obtenidas en cuatro campañas  de campo realizadas entre 2008 y 2009 en diferentes zonas, completadas con muestras procedentes del Museo Nacional de Ciencias Naturales y datos reflejados en publicaciones científicas. También utilizan datos históricos de brotes de langosta procedente de informes oficiales y publicaciones que cubren el periodo 1920-1940 y 1991-2010, que permiten determinar la recurrencia de los brotes en las distintas zonas. Entre los predictores del modelo se encuentra la altitud y 11 variables climáticas, siete relacionadas con la temperatura (temperatura media anual, temperatura mínima del mes más frío, temperatura máxima del mes más cálido, temperatura media del cuatrimestre más húmedo, temperatura media del cuatrimestre más cálido, oscilación anual de temperatura y la razón entre la oscilación media diurna y la anual). Estos autores también tienen en cuenta la riqueza (variedad) de las distintas especies de langosta. Mediante técnicas de análisis multivariante como el Ecological Niche Factor Analysis (ENFA), determinan las seis variables predictoras que empleará el análisis envolvente de datos multidimensional, Multidimensional Envelope (ME). Finalmente utilizan el principio de máxima entropía (MaxEnt) para determinar las zonas más favorables para la ocurrencia de los brotes.  Mediante una combinación de los resultados de estos procedimientos, se determinan las zonas favorables de la península, clasificadas en cuatro categorías en el rango de zonas poco favorables a muy favorables.

Para determinar el grado de bondad de estas zonas favorables obtenidas por los modelos (resumidas en tres umbrales, desde poco favorable a muy favorable) se utilizan los datos históricos de brotes, clasificados en dos categorías (baja y alta recurrencia). Mediante regresión lineal (Generalized Linear Models) finalmente se obtienen modelos de recurrencia de plagas. Entre los resultados, se concluye que la proporción de brotes de alta recurrencia se incrementan en las zonas más favorables, y la proporción de brotes de baja recurrencia son menores en las zonas más favorables que en las menos favorables, aunque depende del tipo de especie.

Entre los seis predictores climáticos, los más relevantes son el rango anual de temperatura y la precipitación del cuatrimestre más frío, aunque la riqueza de especies es la variable que más contribuye en los modelos. Según estos autores se puede concluir que los brotes de langosta en España están asociados a oscilaciones térmicas anuales notables. Así mismo, valores bajos de precipitación anual y de precipitación en el cuatrimestre más frío (a nivel nacional) están asociados con alta propensión a los brotes.

Como resultado de los modelos de ocurrencia de brotes se muestran cuatro categorías de zonas propensas o favorables. Las más favorables abarcan zonas donde los brotes de langosta todavía ocurren en España: Los Monegros, Ledesma (Salamanca) y un área en el suroeste que abarca Los Llanos (Cáceres), La Serena (Badajoz), Los Pedroches (Córdoba) y el valle de Alcudia (Ciudad Real). Teniendo en cuenta los usos del suelo con impacto económico (zonas de cultivo), el área afectada se reduce notablemente.

Influencia de la temperatura en los biopesticidas

Como hemos visto los factores meteorológicos afectan de forma  directa al ciclo vital de la langosta, pero también de forma indirecta favoreciendo el desarrollo de la vegetación o la proliferación de hongos patógenos que surgen con la humedad en exceso. En ese sentido existe un creciente interés en el desarrollo de biopesticidas basados en hongos patógenos como el “Metahrizium anisopliai”, respetuosos con el medio ambiente, pero cuya letalidad no es inmediata, sino que es función de la temperatura de la langosta, condicionada por la temperatura ambiental. Según Klass et al. (2007), citando a otros autores, este hongo causa la muerte de la langosta en condiciones óptimas de temperatura (25-32 C) en una semana, pero es muy poco efectivo a temperaturas superiores a 35-40 C e inferiores a 15 C.  Entre las especies de langosta analizadas por estos autores se encuentra la langosta marroquí y la langosta italiana presentes en las dehesas extremeñas. Dado que el objetivo es matar al insecto antes del momento de la puesta, es fundamental no sólo conocer el estado de desarrollo, sino el tiempo necesario para que el biopesticida surta su efecto letal, ya que en función de la temperatura éste puede oscilar entre unos 10 días hasta más de 40 días. En la gráfica adjunta (Collar et al.,2002) se muestran las curvas de supervivencia de un ensayo realizado en 1998 en la provincia de Ciudad Real. La supervivencia tras la aplicación (curva azul) es mínima al cabo de 8-15 días de la aplicación y a los 22 días el exterminio es total, mucho menor que la supervivencia teniendo en cuenta la mortalidad por causas naturales (curva roja).

La micrometeorología también es importante en el estudio de las distintas feromonas que emiten las langostas y que favorecen su agrupamiento para la ovoposición, la madurez sexual o el comportamiento gregario. Su propagación y transmisión dependen de factores como la temperatura, humedad y viento. Recientes investigaciones buscan su utilidad como cebos para atraer las langostas.

Situación actual de la lucha contra la langosta en España. Legislación vigente

En un próximo capítulo se analizará desde el punto de vista histórico el complicado y arduo proceso que se ha seguido para combatir a la langosta en España.

En la actualidad se realizan campañas rutinarias de vigilancia en las zonas endémicas, localizando los focos y estimando la capacidad de sus depredadores naturales para mantener la población de langostas controlada, aplicando el correspondiente tratamiento fitosanitario de fumigación si fuera necesario. Estas campañas se establecen dentro de la legislación nacional y autonómica sobre estos temas, cuyo origen se remonta al año 1860 con la Ley de extinción de plagas del campo y la Ley de Extinción de las Plagas del Campo y Defensa contra las mismas, de 21 de mayo de 1908.

En la Orden de 28 de febrero de 1995 por la que se establecen normas de coordinación de los tratamientos contra la «langosta mediterránea», para la campaña de 1995, se mantiene la consideración de “calamidad pública” para la plaga de langosta, y se determina la coordinación necesaria entre las Comunidades Autónomas y el Estado, que posteriormente quedó regulada por La Ley 43/2002, de 20 de noviembre, de Sanidad Vegetal, que  articula las actuaciones en materia de sanidad vegetal, en general, y de prevención y lucha contra plagas, en particular, tanto del Estado como de las Comunidades Autónomas.

El  “Real Decreto 1507/2003, de 28 de noviembre, establece el “Programa nacional de control de las plagas de langosta y otros ortópteros”. (BOE núm. 298, de 13 de diciembre de 2003). En su artículo 4, dispone que las Comunidades Autónomas en las que existan poblaciones endémicas de plagas de langosta u otros ortópteros efectuarán prospecciones anuales en las épocas adecuadas para determinar la presencia de dichas plagas, así como, en su caso, para delimitar los lugares de puesta o las zonas de avivamiento.

Una de estas CCAA con presencia endémica es Extremadura, donde existe abundante legislación, regulada de forma adicional por la “Ley 5/1992, de 26 de noviembre, sobre la ordenación de las producciones agrarias en Extremadura” (BOE núm. 45, de 22 de febrero de 1993). El Decreto 138/1994, de 13 de diciembre, establece las bases de actuación en las campañas oficiales fitosanitarias a realizar en Extremadura (DOE n.º 143, de 20 de diciembre de 1994), de forma que anualmente se publican las normas de control integrado contra la langosta mediterránea para la campaña correspondiente. En la legislación extremeña esta plaga mantiene la consideración de “calamidad pública” y la lucha contra esta plaga se considera deutilidad pública.

En Castilla-La Mancha, donde también existe población endémica, de igual forma se califica de utilidad pública la lucha contra las plagas de la langosta , según Orden de 30/12/2014, de la Consejería de Agricultura, por la que se establecen normas de control para langosta mediterránea (Dociostaurus maroccanus) y otros ortópteros. [2015/717]. Diario Oficial de Castilla La-Mancha, de 23-01-2015.

En Andalucía, el Plan Andaluz de Sanidad Vegetal (PASAVE) contempla campañas de actuación fitosanitaria en las provincias de Córdoba, Almería y Granada.

Los recursos destinados a la lucha contra las plagas son notables. El pasado 19 de mayo de 2020 el consejo de Ministros aprobó el destino de 5 millones de euros a las CCAA para la prevención y lucha contra plagas, entre las que se encuentra el control de la langosta y otros ortópteros, aunque las cantidades destinadas a este concepto son una pequeña parte.

A modo de ejemplo, el año 2014 el Gobierno de Aragón destinó 377 000 euros para tratamiento aéreo y terrestre y adquisición de productos fitosanitarios. En el año 2018 el presupuesto para el control de la langosta ascendió a 335 000 euros.

En 2012 se invirtieron 800 000 euros (cofinanciados entre el Estado y la CA de Aragón) para un proyecto de investigación sobre una feromona de la langosta marroquí, que una vez sintetizada puede utilizarse como cebo para atrapar a los insectos, en el que participan investigadores del CSIC y del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Zaragoza (CITA). Existen otros proyectos de investigación relacionados con la langosta mediterránea, como el emprendido en 2016 por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) denominado “DIDIDILAMA: Dispersión, dinámica poblacional y distribución de las poblaciones de langosta marroquí y especies asociadas en España y su relación con el manejo de la plaga”.

En los gastos asociados a la plaga de la langosta, hay que tener en cuenta que España, a través de la cooperación internacional, también contribuye económicamente a los medios de extinción de plagas en países como Marruecos.

En los años con mayores infestaciones ha sido necesaria la declaración oficial de plaga, como ocurrió en el año 2003 , cuando el Gobierno de Aragón declaró la existencia de plaga de langosta mediterránea y otros ortópteros: Anacridium aegyptum, Calliptamus genei, Calliptamus italicus, Calliptamus wattenwylianus, Chorthippus sp., Dociostaurus genei, Dociostaurus maroccanus, Locusta danica, Locusta migratoria, Oedaleus decorus, Oedipoda chapentieri, Oedipoda caerulescens, Stenobothrus lineatus, estableciendo medidas fitosanitarias.

Otras zonas han experimentado notables incrementos recientemente, como ocurrió en 2006 y 2007 en zonas de las provincias de Granada y en menor medida en Almería. También destaca el incremento durante los últimos años de la presencia de langosta egipcia en los parrales de uva de mesa en la Región de Murcia.

En los años de 1997 y de 1998, el Estado también contribuyó a la extinción de las plagas, destinando 15 y 13 millones de pesetas respectivamente para tratamiento fitosanitarios mediante fumigación aérea de la plaga de langosta mediterránea en las provincias de Córdoba, Albacete, Ciudad Real, Toledo, Zaragoza, Guadalajara, Cáceres y Badajoz

Aunque las plagas de langosta suponen un riesgo para las cosechas e importantes daños económicos, este insecto forma parte de la alimentación de algunas aves vinculadas a los medios agrarios, por lo que es necesario controlar de forma adecuada su población y utilizar pesticidas respetuosos con el medio ambiente.

En el actual contexto de cambio climático, con un incremento de temperaturas y cambios en los patrones de precipitación, los procesos de desertización en aumento y los cambios de usos del suelo en algunas zonas, la extensión de las zonas afectadas y la población de langostas probablemente sufrirá cambios.

NOTA: Gran parte del texto corresponde a información de publicaciones sobre la langosta de la FAO.

BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS

https://aemetblog.es/2020/05/18/influencia-de-las-variables-meteorologicas-en-el-desarrollo-y-migracion-de-la-langosta-del-desierto/

https://aemetblog.es/2020/05/25/la-langosta-en-las-islas-canarias/

Aragón P., Coca-Abia M., Llorente V., Lobo, J. (2013). Estimation of climatic favourable areas for locust outbreaks in Spain: Integrating species’ presence records and spatial information on outbreaks. September 2013. Journal of Applied Entomology 137(8). DOI: 10.1111/jen.12022

Klass JI, Blanford S, Thomas MB. (2007). Development of a model for evaluating the effects of environmental temperature and thermal behaviour on biological control of locusts and grasshoppers using pathogens. Agr. Forest Entomol. 9, 189–199.

Arias A., Morales E., Cobos J. M.,Sopeña J.M., Martín E. (1994). La langosta mediterránea. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Secretaría General Técnica. Centro de Publicaciones.

Arias, A., Alvez, C., García, F., Martínez de Velasco, D., Olivera, J. Prieto A. y Santos R. 1993. La lucha contra la langosta marroquí (Dociostaurus maroccanus Thunb.) en Extremadura durante el decenio 1983-1992. Bol. San. Veg. Plagas, 19: 425-453, 1993

Collar J.L. Celma J., Blandford S. And Thomas M.B. 2002. Control de Dociostaurus maroccanus y Calliptamus italicus (Orthoptera: Acrididae) mediante aplicaciones en campo de Metarhizium anisopliae var acridum. Bol. San. Veg. Plagas, 28: 185-192, 2002

Gomes, I. Queiroz, A. I., Alves, D. Iberians against locusts: fighting cross-border bio-invaders (1898-1947). Historia Agraria, 78 .Agosto 2019.pp. 127-159 .DOI 10.26882/histagrar.078e05g © 2019 SEHA

FAO Locust Guidelines.

 

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