
El año 2021 comenzó con una intensa nevada que, acompañando a la llegada de la famosa borrasca Filomena, afectó a buena parte de España. Uno de los problemas más reseñables fue la correcta estimación de la precipitación caída, un asunto nada fácil cuando se trata de la nieve.
Para tratar de aclarar este complejo y difícil problema, nuestro compañero Samuel Buisán, Jefe del Área de Observación de AEMET, publicó, como autor principal y a finales del año pasado, en el prestigioso Boletín de la Sociedad Meteorológica Americana (AMS), un estudio de imprescindible consulta para todos los interesados en el correcto análisis de dicha nevada que tuvo lugar con la llegada de Filomena.
Una reseña de Ricardo Torrijo, meteorólogo del Centro Nacional de Predicción de AEMET.
El año 2021 comenzó con una intensa nevada que afectó a buena parte de España, y que acompañó a la llegada de la famosa borrasca que AEMET bautizó con el nombre de Filomena. Es muy conocido que, como consecuencia de las intensas y persistentes nevadas, numerosos áreas del interior peninsular resultaron afectadas, siendo llamativos los efectos en la capital de España.

En la ciudad de Madrid, donde se acumuló en torno a metro de nieve en algunos puntos, se produjeron importantes daños por el peso de la nieve acumulada, siendo notables los causados en el arbolado de parques y jardines. Además, el intenso frío, posterior a la nevada, dio lugar a que se formara una resistente capa de hielo y nieve sobre el terreno que limito, durante más de una semana, muchas de las actividades de la ciudad.
Pero, como ya se ha indicado, la capital no fue la única zona afectada. Otras zonas del país recibieron espesores incluso mayores. Sin embargo, la medición de precipitación cuando nieva es bastante difícil[1] y es bien conocido que los pluviómetros infraestiman las cantidades medidas. Este efecto provoca una inconsistencia de dichas mediciones con la nieve acumulada observada en el suelo y las previsiones y análisis de los modelos numéricos, lo cual dificulta la propia verificación de los modelos numéricos e influye en las series climatológicas de precipitación
Para tratar de aclarar este complejo y difícil problema, nuestro compañero Samuel Buisán[2], Jefe del Área de Observación de AEMET, publicó, como autor principal y a finales del año pasado, en el prestigioso Boletín de la Sociedad Meteorológica Americana (AMS), un estudio de imprescindible consulta para todos los interesados en el correcto análisis de dicha nevada que tuvo lugar con la llegada de Filomena.
Para cuantificar la inadecuada medición de precipitación en forma de nieve, durante el famoso episodio de Filomena, el estudio publicado por la AMS, que aquí reseñamos, propone utilizar funciones de transferencia desarrolladas a partir del Experimento de Intercomparación de Precipitaciones Sólidas (SPICE) de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Los resultados apuntan a una infraestimación de la precipitación caída en forma de nieve del 20% al 30% en muchas zonas de España, pero también señala que se detectaron infraestimaciones, aún mayores, en ciertas comarcas. Además muestra y analiza como los ajustes realizados sobre estas medidas proporcionan unos datos más fiables y consistentes con lo previstos por los modelos y la realidad observada sobre el terreno. Esta metodología es además exportable a otras episodios de nevadas, tanto a nivel nacional como internacional.
Para terminar esta reseña, nos gustaría señalar que el artículo completo se puede consultar en la web de revista de la Sociedad Meteorológica Americana. Dicho estudio se titula “Adjustment of Solid Precipitation during the Filomena Extreme Snowfall Event in Spain: From Observations to “True Precipitation” y en el figura, como ya se ha dicho, Samuel Buisán de autor principal, siendo el resto de autores Roberto Serrano-Notivoli , John Kochendorfer y Francisco J. Bello-Millán.
[1] Para conocer porque hay tantas dificultades para medir la nieve, te recomendamos este documento, elaborado por especialistas en la medida de la nieve de la Delegación Territorial en Aragón, que analiza el tema más en profundidad, ¿Se mide bien la precipitación en forma de nieve?.
[2] Samuel, que tiene un destacado bagaje como investigador, en diversos campos, es también un reconocido especialista en nivología y miembro activo de proyectos relacionados con nieve y criosfera de la Organización Meteorológica Mundial. Por todo ello, es sin duda la persona más adecuada para afrontar estudios de este tipo.