Influencia de la meteorología en la Guerra Civil española:

la Batalla de GUADALAJARA

Artículo de Fernando LLORENTE MARTÍNEZ Agencia Estatal de Meteorología fellorentem@aemet.es

RESUMEN: La batalla de Guadalajara (8 de marzo al 23 de marzo de 1937) supuso el fin de las operaciones en torno a Madrid, las cuales se describieron en una colaboración del anterior Calendario Meteorológico. Entre uno y otro acontecimiento se desarrollaron las tres batallas de la carretera de La Coruña y la batalla del Jarama. A medida que pasaban los meses, el apoyo de Mussolini a Franco iba aumentando, no solo con el envío de material de guerra, sino con un gran número de soldados, agrupados en el CTV o Corpo Truppe Volontarie (Cuerpo de Tropas Voluntarias), que tras su triunfo en la toma de Málaga, el dictador italiano presionó al general Franco para que esta unidad encabezase una maniobra envolvente en la zona de Guadalajara, con el objetivo de sitiar Madrid y, finalmente, entrar de manera rápida en la capital para terminar la guerra.

Debido al desconocimiento del terreno y a un mes de marzo atípico, con grandes precipitaciones de agua y de nieve que convirtieron los campos alcarreños en auténticos lodazales, las fuerzas italianas sufrieron un duro revés, tanto militar como moral, ante un reorganizado ejército republicano.

(Nota: Este artículo es una versión actualizada y ampliada del publicado en marzo de 2021 en el portal de meteorología METEORED).

Palabras clave: guerra civil española, batalla de Guadalajara, Segunda República, general Franco, general Miaja, general Roatta, CTV, Brihuega, Brigadas Internacionales, batallón Garibaldi, división Littorio.

  1. INTRODUCCIÓN Y FUERZAS EN COMBATE

El grado de «voluntariedad» de los componentes del CTV era relativo: dentro de las tres divisiones de Camisas negras, la mayor parte de ellos eran miembros del Partido Nacional Fascista italiano y estaban sometidos a una disciplina casi militar. También formaban parte de la soldadesca aventureros de muy diversa procedencia, mientras que los jefes y oficiales eran en su mayoría no profesionales, aunque los mandos superiores eran todos miembros en activo del Ejército Real italiano o reservistas. La 4.ª División Littorio, por el contrario sí pertenecía al ejército regular italiano, estaba formada por soldados que estaban realizando el servicio militar y todos sus mandos y jefes estaban en activo. También hay que añadir que muchos de todos estos «voluntarios» no sabían cuál sería su destino, pensando que iban a Libia o a Abisinia.

Las fuerzas republicanas destinadas en esta parte del frente eran de la 12.ª División, unos 10 000 soldados, con unas pocas piezas de artillería y un fusil para cada dos defensores. Pero entre el 8 y el 21 de marzo, la República consiguió enviar al frente de Guadalajara entre 20 000 y 25 000 hombres, apoyados por unos 80 tanques T-26, en la mayor y más ágil concentración de fuerza del ejército republicano en el transcurso de la guerra. Se constituyeron tres divisiones, la mayoría formadas por tropas que acababan de pelear en la batalla del Jarama. Además contó con el apoyo del grueso de su aviación, alrededor de 120 aviones de todo tipo, que pudieron despegar desde los aeródromos con pistas de hormigón de Barajas, Alcalá de Henares y Guadalajara.

Situación de los frentes a primeros de marzo de 1937, zona de la batalla de Guadalajara y el plan previsto de la ofensiva italiana, en la línea azul continua el CTV y en la línea azul discontinua las fuerzas franquistas de apoyo. (Fuente: Batallas de la Guerra Civil, de Madrid al Ebro (1936-1939)).

El bando sublevado contaba en la zona con unos 50 000 hombres, 30 000 a 35 000 italianos al mando del general Roatta y 15 000 a 20 000 españoles al mando del general Moscardó, formando la brigada Marzo que se encargaría del flanco derecho del ataque italiano. El CTV tenía 4 divisiones, tres de Camisas negras y la Littorio, a los que había que añadir unos 90 tanques, la mayoría ligeros, unas 50 autoametralladoras, más de 200 cañones de diverso calibre, cerca de 4000 vehículos de transporte, así como 60 aviones, situados en los aeródromos de campaña de la provincia de Soria, sin asfaltar con suelos relativamente blandos, problemáticos en caso de precipitaciones, con excesiva distancia hasta el frente y con recorridos sobre altitudes que se podrían cubrir de nieblas y nubes bajas.

En conjunto era la fuerza mejor armada y equipada que hasta entonces había entrado en batalla. Aunque según diversos autores los «voluntarios» italianos no constituían el cuerpo acorazado que pretendía su propaganda, sino una mayoría de infantería en camiones, con carros demasiado pequeños, aunque con una buena artillería y aviación. Además de toda esta concentración de fuerzas, se esperaba que unidades que se encontraban en el frente del Jarama pudieran alcanzar a los italianos a la altura de Alcalá de Henares y cerrar definitivamente Madrid.

  • PREÁMBULO

El territorio geográfico en el que se desarrolló la batalla de Guadalajara se situó fundamentalmente en la Alcarria Alta; estando la retaguardia republicana en la campiña de la zona de la capital provincial y de Humanes y por el contrario, la retaguardia franquista se situó en las serranías de Sigüenza, Atienza y Alcolea del Pinar.

La Alcarria es una tierra de alcarrias; páramos altos, pedregosos, expuestos a los vientos y muy fría en invierno, que se sitúan entre las campiñas de los valles del Henares, al norte, y del Tajo, al sur, y surcada por los valles de varios ríos, como el del Budiel y el Tajuña. La superficie del páramo se eleva unos 200 m sobre el fondo de los valles y sus cotas pierden altura suavemente hacia el sudoeste.

En las vegas de los ríos hay buenas tierras agrícolas de margas, arcillas y limos, muy propensas a embarrarse. Entre los páramos y las vegas, las laderas presentan cuestas en las zonas bajas y fuertes pendientes en las altas; en ellas alternan capas duras de caliza con otras blandas de margas y arcillas, que también se embarran y erosionan fácilmente. Finalmente, la zona de páramo, es zona de tierras arcillosas mezcladas con mucha piedra y alternando con afloramientos rocosos; zona de monte de encina y quejigo en muchos lugares desarbolada, descantada formando los majanos y muy labrada para cultivo de cereal, la dura alcarria del páramo, del frío y la nieve, del barro a la vez que la piedra. Algunos pueblos se sitúan en el alto páramo como Torija; otros en ladera como Brihuega; y otros en los valles como Masegoso de Tajuña.


En el bando republicano la línea de defensa era muy primitiva, no adaptada a las exigencias de la táctica, no había sido organizada por especialistas militares y constituía, en el mejor de los casos, más bien una avanzadilla organizada apresuradamente. A su favor contaban el estar situados cerca de una gran ciudad como Guadalajara o incluso Madrid, que sus aeródromos estaban más cerca y con pista de hormigón, que en caso de tiempo meteorológico adverso sí podrían ser utilizados.

El plan general debía realizarse en el plazo de 4 a 7 días, partiendo de sus líneas de la zona de Algora a unos 56 km al norte de Guadalajara, en el kilómetro 112 de la nacional a Zaragoza y desarrollarse en tres fases: la primera era alcanzar la línea Brihuega-Torija y dominar totalmente la meseta de la Alta Alcarria; la segunda era Guadalajara y finalmente, en la tercera, llegar a Alcalá de Henares, punto de encuentro con las fuerzas franquistas que deberían atacar desde el Jarama para fijar la retaguardia republicana y así impedir la llegada de refuerzos a la Alcarria.

Mapa detallado de los movimientos de las fuerzas sublevadas durante la batalla de Guadalajara. (Fuente: https://rutasbelicas.com/articulos-sobre-la-batalla-de-guadalajara/la-batalla-de-guadalajara-parte-ii-la-batalla-1a-fase/).

En este plan los italianos desarrollarían la maniobra principal en el sector entre los ríos Henares, por la derecha o al norte, y Tajuña, por la izquierda o al sur, con eje principal en la carretera a Zaragoza y secundario en la carretera Almadrones-Brihuega; flanqueados al norte por tropas españolas de la brigada Marzo, con eje en la carretera Almazán-Atienza-Guadalajara.

  • «El destino DIRIGE la vida, no la sabiduría», CicerÓn

Los italianos contaban con el clima a favor, pero no con que «el destino» se sumara a la partida de la historia a través del tiempo atmosférico. Si se considera el clima como una sucesión de tiempos atmosféricos, se podría decir que en la Alcarria, en el mes de marzo llueve poco y ya no es tan frío, unos 30 a 40 l/m2, con apenas un 10 % de la precipitación total del año, con 9 días de lluvia y solo un día de nieve (datos del observatorio de Guadalajara, periodo 1931-60). Pero el tiempo atmosférico se presentó como parte fundamental de la batalla de Guadalajara con un mes de marzo muy lluvioso y frío.

Tras casi todo un mes de febrero anómalo, ya que resultó seco y cálido en la mayoría de las regiones, en especial en la mitad sur peninsular. Su último día y la primera jornada de marzo se presentaron radicalmente distintos, con una potente irrupción fría del norte, con precipitaciones y sobre todo un descenso de las temperaturas, que, a continuación, dieron paso a un flujo del oeste y al tránsito de sucesivas borrascas por la Península hasta, aproximadamente, el día 14, en el que el tiempo se estabilizó durante unos días, para continuar nuevamente desde el 18 con más entradas de borrascas atlánticas hasta el día 23 justo cuando terminó la batalla de Guadalajara.

Los observatorios que tienen datos de este mes y que están relativamente cerca del campo de operaciones son Segovia, Madrid-Retiro y Daroca. Las cantidades recogidas en marzo de 1937 fueron, respectivamente, 95 l/m2, 53 l/m2 y 60 l/m2, lo que representa, en cada caso, el 230 %, el 115 % y el 270 % de un mes normal referido al periodo de 1931 a 1960, menos para Daroca que es de 1981 a 2010. Con la excepción del observatorio de Madrid, que los días de lluvia y nieve fueron casi normales, en los otros dos se registraron 25 días de precipitación (19 de lluvia y 6 de nieve) en Segovia, lo normal 10 (9 y 1), y en Daroca 13 (8 y 5), lo normal 6 (4 y 2). Está claro que fue una situación muy atípica para marzo.

  • «En la guerra debemos contar siempre con los golpes del azar y con los accidentes que no pueden preverse», Polibio

El día 7 una amplia borrasca se situó al norte de la península ibérica, con su centro en las proximidades de Bretaña; al encontrarse en su sector cálido el tiempo atmosférico correspondía a cielos con nubes altas que se irían espesando y máximas elevadas, unos 14 °C en la zona de la Alcarria.

Pero el día 8, cuando tenía que empezar la ofensiva, la depresión se profundizó rápidamente y se acercó a las costas asturianas, enviando un frente frío muy activo que provocó un cambio radical en las condiciones atmosféricas, lo que hubiera recomendado un aplazamiento de la ofensiva, como parece que fue indicado por los mandos españoles a los italianos. Pero el general Roatta, totalmente convencido del poder de sus fuerzas, dio la orden de inicio a las 7 de la mañana de un potente bombardeo artillero, con más de 120 piezas, durante media hora y a continuación se lanzaron las unidades blindadas y la infantería, rompiendo rápidamente las líneas del frente.

Reanálisis a 850 hPa del día 8, momento de inicio de la ofensiva italiana. (Fuente: https://www.wetterzentrale.de/).

Según el reanálisis de la situación meteorológica, el frente frío alcanzó de lleno la zona del combate a media mañana, con una considerable disminución de la visibilidad, a la vez que las precipitaciones y el viento aumentaban bruscamente. Esta situación provocó que la artillería tuviera que dejar de apoyar a las tropas que avanzaban. Además, como se ha comentado anteriormente, los aeródromos que tenían los italianos podían sufrir mucho si las condiciones meteorológicas no eran buenas, por lo que no pudieron despegar los aviones de apoyo. En cambio, los republicanos, aunque con mucho riesgo, sí que lo hicieron. Todo esto provocó que solo la columna central italiana y su flanco derecho alcanzaran un éxito relevante, penetrando entre 6 y 12 kilómetros en las defensas republicanas.

El día 9 la meteorología mantuvo una tónica muy parecida, incluso algo peor, ya que las temperaturas descendieron y la precipitación fue en forma de nieve. Los atacantes, mal vestidos, empezaron a sentir frío y a estar empapados por la incesante precipitación. El general Miaja, a cargo de las fuerzas republicanas, envió rápidamente ayuda al sector, con tropas muy preparadas del frente del Jarama y unidades de tanques que se empezaron a concentrar en Torija. Algunas Brigadas Internacionales tomaron contacto con las fuerzas blindadas italianas al mediodía, con violentos combates, pero aun así continuó el avance, que en esta jornada se apuntó otros 15 a 18 kilómetros. Por la tarde los atacantes se vieron forzados a descansar en los alrededores de Brihuega, restando vigor a su ofensiva.

Los mandos del CTV empezaron a darse cuenta de que las condiciones de Guadalajara no eran las de Málaga. Cuando sus unidades mecanizadas tuvieron que salir de las carreteras para desplegarse en los primeros enfrentamientos con las unidades republicanas más fogueadas y para evitar los ataques aéreos que, cada vez, eran más frecuentes e intensos, se quedaron atrapadas en el barro que se formó en los terrenos arcillosos del páramo alcarreño.

Los tanques ligeros o tanquetas italianas Fiat Ansaldo CV-33 o 35 (CV Carro Veloce y el año de fabricación) o L3/33 o 35 (Leggero, como posteriormente fue conocido), con un peso de 3 a 5 toneladas y un motor de tan solo 43 cv, aunque con cadenas, tuvieron grandes problemas en el terreno arcilloso al quedar bloqueados por el barro. También contaban con los anticuados vehículos blindados Ansaldo Lancia, de casi 4 toneladas, con 70 cv pero con ruedas y no cadenas, por lo que era imposible su utilización fuera de las carreteras asfaltadas, más o menos como sucedió con todos los demás vehículos de transporte italianos. En la imagen, una tanqueta Fiat-Ansaldo L3/35 cogida a los italianos durante la batalla de Guadalajara. (Fuente: Biblioteca Digital Hispánica, Biblioteca Nacional de España).

Muchos de los infantes tenían una preparación militar muy justa, eran combatientes bisoños, que se encontraron con lluvia, nieve y frío, embarrados, sin su equipación de invierno, sin apoyo artillero ni de aviación, sin rancho caliente y su moral empezó a decaer al anochecer de este segundo día de ofensiva. En estas dos jornadas, los italianos habían avanzado cerca de 30 kilómetros por la carretera de Zaragoza, hasta el kilómetro 82 y otros 15 por la de Brihuega, a tan solo 10 de esta localidad.

El día 10 la atmósfera dio un breve respiro, era el sector cálido de la siguiente borrasca que ya se preparaba en las cercanías de Galicia. De todas formas heló durante la madrugada, con algunos chubascos, alternancia de sol y nubes bajas, con viento moderado; condiciones que, unidas a lo embarrado del terreno, mantuvieron a los aviones «legionarios» en sus aeródromos. Mientras, la aviación gubernamental prosiguió con el castigo de las unidades italianas, que empezaban a saturar las carreteras al no poder salir de ellas. En tierra, las fuerzas republicanas recibieron más refuerzos desde el Jarama, ya que los prometidos ataques franquistas en esta zona no se produjeron, los italianos se quedaban solos en la ofensiva. Entre las fuerzas que llegan al frente está el batallón Garibaldi, compuesto por voluntarios italianos, que en breve vivirían su propia guerra civil, al enfrentarse a las tropas del CTV.

En una audaz marcha nocturna, una de las agrupaciones italianas consiguió llegar hasta Brihuega y tomar la localidad; además estableció una pequeña cabeza de puente en la margen izquierda del Tajuña y un dispositivo defensivo en torno a la población, pero sin ocupar las alturas que la rodean. En la carretera a Zaragoza avanzaron otros 5 kilómetros hasta las afueras de Trijueque. Y la brigada Marzo, encargada del flanco derecho italiano, desplazó el frente republicano hacia el oeste y aseguró la carretera de Atienza-Guadalajara. Pero las fuerzas republicanas continuaron tomando posiciones y se produjo el primer choque entre los T-26 rusos y las tanquetas italianas, en el que se comprobó que no eran enemigo para los tanques.

 

: Antitanque italiano utilizado contra los T-26 republicanos. Puede observarse el barro en la rueda y en la bota del soldado. El frío fue un elemento más en la desmoralización del CTV. (Fuente: Bundesarchiv, Archivo Federal de Alemania).

El día 11 la nueva borrasca atlántica mandó al frente frío sobre la zona de combate. Importantes lluvias, con nubes bajas, mala visibilidad y fuerte viento impidieron, nuevamente, el despegue de los aviones rebeldes y acentuó, aún más, el cansancio en las tropas italianas. Aun con esto se conquistó Trijueque, con la incorporación de tanques lanzallamas que causaron pavor entre los republicanos. Las avanzadillas del CTV estaban a tan solo 3 km de Torija, era el kilómetro 75, fue su máximo avance.

Los republicanos consiguieron mantener tropas en el bosque cercano a Brihuega; además, ya eran tres divisiones de infantería en todo el frente, unos 25 000 hombres, acompañadas de importantes fuerzas acorazadas. Mientras, continuó el castigo aéreo, con todo tipo de aviones atacando a las columnas italianas. De nuevo se produjeron grandes atascos que delataban una organización y una disciplina defectuosas en el CTV; mientras, sus tropas faltas de «rancho caliente» no encontraban dónde protegerse de la intemperie. La moral de los italianos siguió debilitándose, el prometido avance rápido contra unas tropas desorganizadas e inferiores, con un apoyo abrumador de artillería y de aviación, se convirtió en un choque de infantería entre unidades de Camisas negras, poco preparadas, contra soldados de las Brigadas Internacionales ya fogueados.

En vista de esta situación, el general Roatta decidió hacer una nueva pausa de 24 horas con el fin de dar tiempo a los franquistas del Jarama a iniciar sus ataques previstos y también para ir preparando un prudente despliegue defensivo. Mientras, la brigada Marzo sí hizo muy buenos resultados conquistando Cogolludo y dejando cercadas a unidades republicanas de la orilla derecha del Henares, en esta parte del frente la situación se complicaba mucho para las fuerzas gubernamentales.

  • «La suerte está echada», Julio César

El batallón italiano Garibaldi, verdaderos voluntarios que tenían un motivo individual para la lucha —la derrota del fascismo— encuadrado en las Brigadas Internacionales, realizó una gran labor de propaganda dirigida a destruir la moral del CTV. Con altavoces en primera línea y con octavillas lanzadas desde los aviones, exhortaban a los soldados italianos a no disparar contra sus hermanos de la clase obrera, y les garantizaban inmunidad si desertaban llevando sus armas.

El día 12, todavía se mantuvo el tiempo inestable con precipitaciones a primeras horas, nubosidad baja y viento moderado. Fue el momento elegido por las fuerzas de la República para lanzar un contraataque en la parte alta del páramo, combinando infantería, carros y el apoyo de la aviación, lo que les permitió ocupar casi todos los altos que dominan la localidad de Brihuega. El hecho de que el grueso del CTV se encontrase varado en la N-II y no contase con apoyo aéreo facilitó enormemente las tareas de desgaste y bombardeo continuo por parte del bando republicano. A la par, la destrucción de un pequeño puente que salvaba un barranco cerca del puerto de Alcolea del Pinar, en la retaguardia franquista, en el kilómetro 135 de la carretera a Zaragoza, consiguió cortar su red de abastecimiento. Al final del día se produjo una mejoría del tiempo, lo que permitió realizar algunos vuelos a la aviación «legionaria», logrando así que la presión de los aviones de la República disminuyera.

Carretera nacional a Zaragoza atascada con las fuerzas italianas del CTV ante la imposibilidad de salir fuera de las vías asfaltadas al quedarse los vehículos atrapados en el barro. (Fuente: Bundesarchiv, Archivo Federal de Alemania)
En medio del barro los medios de transporte más clásicos pudieron utilizarse mejor que los mecanizados. Material abandonado por los italianos en su retirada. (Fuente: Biblioteca Digital Hispánica, Biblioteca Nacional de España y Bundesarchiv, Archivo Federal de Alemania).

El día 13 los italianos decidieron abandonar Trijueque, pasando a una línea defensiva algo más retrasada; en la retirada abandonaron mucho material tras de sí. Ya habían retrocedido al kilómetro 82 de la carretera nacional. Por el flanco derecho, los republicanos realizaron un ataque envolvente sobre Brihuega con éxito y los italianos aún tenían que retroceder algo más. En vista de esta situación, la brigada Marzo decidió parar sus avances para no exponer más su flanco izquierdo.

Desde el día 14 hasta el 17 el frente se mantuvo estático mientras la aviación republicana destruía objetivos enemigos sin hallar resistencia seria aunque, poco a poco, con una clara mejoría del tiempo, con cielos poco nubosos y temperaturas más elevadas, los aviones rebeldes pudieron empezar a despegar al ir secándose sus pistas.

El día 15 hubo una reunión entre Franco y el general Roatta, que pidió la retirada del CTV y su sustitución por otras unidades, algo que el futuro dictador español no lo consideró oportuno, ya que la situación italiana no era ni tan delicada ni el desgaste sufrido había sido tan elevado. Se estableció una pausa de cuatro días para la recuperación de las tropas y después seguirían las ofensivas, siendo el primer objetivo el bosque de Brihuega y sus alturas circundantes. Mientras los italianos esperaban, los republicanos preparaban sus tropas para continuar con su contraofensiva, fijando para el día 18 su ataque sobre Brihuega.

  • «Ellos lo QUISIERON», Julio César

El día 18 amaneció con una nueva borrasca en las proximidades de la Península, por lo que la zona de la Alcarria se encontraba en el sector cálido, que mantenía el cielo con más claros que nubes y temperaturas relativamente altas, aunque en la madrugada eran posibles los bancos de niebla en la zona de los ríos. De madrugada y amparados en la poca visibilidad, unidades republicanas cruzaron el Tajuña a espaldas de los italianos, situándose en una colina, la cota 1024, desde donde podían dominar la vía de retirada del CTV desde Brihuega, a una altitud inferior e incluso la posición del Estado Mayor italiano. Hacia el mediodía, coincidiendo con la apertura de los claros, los republicanos se lanzaron al ataque, precedidos de unos 50 tanques y tras un importante bombardeo artillero y de aviación. En el páramo, los italianos de la división Littorio consiguieron parar el avance republicano, e incluso ponerlo en aprietos, por lo que el mando gubernamental utilizó la unidad de reserva atacando la cabeza de puente en el Tajuña y empezando el fuego desde la cota 1024. Los italianos pensaron que estaban cercados y se ordenó una retirada, que según qué historiadores sean consultados fue más o menos ordenada o una auténtica desbandada.

Brihuega cayó a media tarde, momento en el que coincidieron dos situaciones contradictorias, por un lado los republicanos cedían en su ímpetu al haber conseguido su objetivo de la toma de esta localidad y por otro las unidades del CTV, incluidas las que sí estaban resistiendo bien, recibieron la orden de retirada general. Ante la perplejidad de los mandos republicanos, las unidades italianas se pierden de vista, retirándose hasta su siguiente línea defensiva, en la zona de Gajanejos, kilómetro 90 de la carretera a Zaragoza.

Entre el 19 y el 23 de marzo una nueva borrasca se situó al suroeste de Irlanda, descendió de latitud hasta el Cantábrico y terminó de cruzar hacia el este en la jornada del 22, dando paso a un importante flujo del norte al día siguiente. Por tanto, el tiempo atmosférico fue muy revuelto durante todos esos días, con precipitaciones, primero en forma de agua y al final del periodo de nieve, con cielo muy nuboso, con nubes bajas, poca visibilidad y viento de moderado a fuerte.

Los días 19 y 20 los republicanos lograron un gran avance hasta llegar a la línea de Ledanca-Hontanares, kilómetro 95 de la carretera a Zaragoza, a la derecha de su ataque y Ledanca-Utande-Muduex-Cogolludo, a la izquierda. En esa línea defensiva los italianos pudieron aguantar, hasta que por fin, el día 23 se empezó a producir el relevo de las tropas del CTV por unidades españolas y los mandos republicanos decidieron suspender los ataques debido al gran desgaste sufrido por sus tropas; se ordenó la fortificación de la línea del frente y se dio por concluida la batalla de Guadalajara.

Se observa la cantidad de barro en las ruedas de los transportes y en el camino. El no poder salir de las carreteras asfaltadas fue otro elemento más en la desmoralización del CTV, ya que fueron blanco fácil de los ataques de la aviación republicana. (Fuente: Bundesarchiv, Archivo Federal de Alemania).
  • «Si fallo, es simplemente porque tengo demasiado orgullo y ambición», Julio César. CONCLUSIONES

Los italianos, aún con el éxito de la batalla de Málaga —del 3 al 8 de febrero— en la cabeza, quisieron volver a entrar rápidamente en combate y la premura en la planificación de esta nueva ofensiva les hizo cometer tres errores graves: el primero fue su absoluto desconocimiento del clima de la Alcarria: los soldados llegan a esta zona con el equipo de verano utilizado en Málaga, pero en la zona de Guadalajara se van a encontrar con temperaturas muy inferiores; el segundo error, subestimar la cuestión de la intendencia, las cocinas de campaña permanecieron muy a retaguardia de la avanzadilla y los soldados estuvieron sin comer caliente durante toda la primera semana; y en tercer lugar, los mapas utilizados y autorizados eran mapas de carretera, en los cuales no estaban indicadas las diferencias de nivel y, por ejemplo, el hoyo de Brihuega se encontraba a la misma altura que el alto de Torija.

Una vez más los rebeldes sí habían ganado una importante cantidad de terreno; pero la batalla de Guadalajara fue mucho más que otra victoria defensiva de los republicanos. El Duce había utilizado abiertamente a sus unidades en España; su ejército, completamente motorizado, con armas modernas, había sido derrotado por un ejército republicano que unos meses antes no existía. El prestigio del CTV quedó arruinado, perdió también su independencia y a partir de ese momento siempre estuvo a cargo del Estado Mayor franquista.

La propaganda gubernamental utilizó extensamente esta victoria y el resultado del combate ayudó a elevar transitoriamente la moral de guerra de los republicanos, en tanto que esta era su primera gran victoria bélica y más aun evitando un cerco total de Madrid. Tras las batallas del Jarama y de Guadalajara queda claro que el nuevo Ejército de la República ha conseguido formarse y ser efectivo.

Sobre el número total de bajas en uno y otro bando, los historiadores no se ponen de acuerdo. Se cifra entre 5000 y 9000 muertos, heridos o prisioneros en el bando sublevado, la mayoría del CTV, y entre 5000 y 7000 en el republicano, coincidiendo en todos los casos en que las pérdidas materiales de los italianos fueron muy grandes. Para que cada uno saque sus propias conclusiones, tras la batalla la única unidad del CTV que permaneció sin grandes cambios fue la Littorio, la que menos bajas sufrió, mientras que las otras tres divisiones de Camisas negras tuvieron que reorganizarse en solo dos debido al número tan elevado de pérdidas que tuvieron.

BIBLIOGRAFÍA

Libros:

Agencia EFE. Imágenes inéditas de la Guerra Civil (1936-1939). Segunda edición.

Aróstegui, J. La Guerra Civil de España (1936-1939). Capítulo 5. Ed. El País.

Criado, M. A. La guerra civil española, mes a mes. Número 7, La batalla de Madrid, noviembre de 1936. Biblioteca El Mundo.

Guerra, R. Madrid 1931-1939, Segunda República y Guerra Civil. Ed. Street Art Collection.

Jackson, G. La República Española y la Guerra Civil.

Payne, S. y Tussell, J. La Guerra Civil.

Sánchez, A. y De Miguel, J. Batallas de la Guerra Civil, de Madrid al Ebro (1936-1939). Ed. Libsa.

Internet:

http://www.aemet.es/es/datos_abiertos/AEMET_OpenData (Datos meteorológicos)

https://www.wetterzentrale.de/es/reanalysis.php?model=noaa (Reanálisis)

https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do (Biblioteca Nacional de Prensa Histórica, prensa)

http://www.bne.es/es/Catalogos/BibliotecaDigitalHispanica/Inicio/index.html (Biblioteca Digital Hispánica, fotografía)

https://www.bundesarchiv.de/EN/Navigation/Home/home.html (Archivos federales de Alemania)

Acerca de aemetblog

La Agencia Estatal de Meteorología sucedió en 2008 a la entonces Dirección General del Instituto Nacional de Meteorología, con más de 150 años de historia. Actualmente está adscrita, según el artículo 4.4 del Real Decreto 864/2018, de 13 de julio, por el que se desarrolla la estructura orgánica básica del Ministerio para la Transición Ecológica, a ese departamento ministerial a través de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente. El objeto de AEMET, según el artículo 1.3 del Real Decreto 186/2008, de 8 de febrero por el que se aprueba su Estatuto, es el desarrollo, implantación, y prestación de los servicios meteorológicos de competencia del Estado y el apoyo al ejercicio de otras políticas públicas y actividades privadas, contribuyendo a la seguridad de personas y bienes, y al bienestar y desarrollo sostenible de la sociedad española". Como Servicio Meteorológico Nacional y Autoridad Meteorológica del Estado, el objetivo básico de AEMET es contribuir a la protección de vidas y bienes a través de la adecuada predicción y vigilancia de fenómenos meteorológicos adversos y como soporte a las actividades sociales y económicas en España mediante la prestación de servicios meteorológicos de calidad. Se responsabiliza de la planificación, dirección, desarrollo y coordinación de actividades meteorológicas de cualquier naturaleza en el ámbito estatal, así como la representación de éste en organismos y ámbitos internacionales relacionados con la Meteorología.
Esta entrada ha sido publicada en ENTENDER LA METEOROLOGÍA, TODOS LOS ARTÍCULOS y etiquetada como , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario