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LA METEOROLOGÍA EN LA BIBLIA. IX

Por Manuel Antonio Mora García. Meteorólogo del Estado. Delegación Territorial de AEMET en Castilla y León

El arcoíris es uno de los meteoros más bellos e impresionantes, y en el relato bíblico está dotado de un gran simbolismo, ya que representa el pacto de Dios con los hombres por el cual no volverá a producirse un Diluvio Universal.

Génesis, 9

13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del convenio entre yo y la tierra.

14 Y acontecerá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.

15 Y me acordaré de mi convenio que hay entre yo y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más aguas de diluvio para destruir toda carne. 

El Juicio Final. Hans Memling (finales década 1460). Museo Nacional. Gdansk.

En la iconografía clásica se representa habitualmente a Jesucristo sentado sobre el arcoíris con los pies en el orbe, como se observa en este tríptico del pintor Hans Memling. Obviamente la coloración es un tanto forzada y no tiene en cuenta las leyes ópticas, ya que presenta un círculo casi completo (sólo observable en vuelo o desde una cumbre).

Aristóteles dedica casi la totalidad del Libro III de “Los Meteorológicos” a los fotometeoros. Describe el fenómeno del arcoiris con gran lujo de detalles, y aunque la óptica atmosférica como ciencia aún no estaba desarrollada (se pensaba que los ojos emitían rayos permitiendo la visión, de forma que era “la vista” la que se reflejaba en los cuerpos y permitía su visión), establece la relación entre la luz solar o lunar, la reflexión y las gotitas de lluvia, así como la existencia de los tres colores básicos (rojo, verde y violeta), la posición del arco iris y la existencia del arco iris secundario (con los colores invertidos), acompañado de un completo estudio geométrico. Incluso menciona la rareza del arco iris nocturno, del que dice que “sólo ha sido observado dos veces en cincuenta años”.

No fue hasta los siglos XVII y XVII cuando gracias a los trabajos de Snell, Descartes y  Newton, con el descubrimiento de las leyes de la refracción y la dispersión selectiva por colores de la luz blanca al atravesar medios de distinta densidad, se sentaron las bases físicas para la interpretación del fenómeno.

En la mitología griega Iris es la diosa del arco iris.  Iris, “la de los pies ligeros como el viento” era la mensajera de Júpiter en ”La Iliada”. En esta obra del pintor George Hayter, Iris aparece junto a Venus, rogando a Marte que les preste su carro de caballos para así poder  trasladar al Olimpo a Venus, herida en la mano por Diómedes, mientras rescataba a su hijo Eneas de la batalla. El arco iris también se considera una señal de los dioses, como aparece en este pasaje de “La Odisea”:

“De la suerte que Júpiter tiende en el cielo el purpúreo arco iris, como señal de una guerra ó de un invierno tan frío que obliga á suspender las labores del campo y entristece á los rebaños; de este modo la diosa, envuelta en purpúrea nube, penetró por las tropas aqueas y animó a cada guerrero.”

Como vimos en el capítulo I, los fenómenos naturales, incluidos los meteorológicos, son obra del Creador. En el libro de Job, Eliú se refiere a Jehová como gobernante de las leyes de la naturaleza:

Job, 37:

2 Oíd atentamente el fragor de su voz y el estruendo que sale de su boca.

3 Debajo de todos los cielos lo suelta, y su luz hasta los confines de la tierra.

4 Después de ella ruge una voz; truena él con la voz de su magnificencia,

y no los detiene cuando se oye su voz.

5 Truena Dios maravillosamente con su voz; él hace grandes cosas que

nosotros no entendemos.

6 Porque a la nieve dice: Desciende a la tierra; también a la llovizna

y a los aguaceros torrenciales.

7 En la mano de todo hombre pone un sello, para que todos los hombres

reconozcan su obra.

8 La fiera entra en su escondrijo y permanece en su guarida.

9 Del sur viene el torbellino; y el frío, de los vientos del norte.

10 Por el soplo de Dios se da el hielo, y la expansión de las aguas se restringe.

11 También carga de humedad la densa nube, y con su luz esparce la nube.

12 Asimismo, por sus designios, giran las nubes alrededor, para hacer sobre la faz del

mundo, en la tierra, lo que él les mande.

13 Unas veces por corrección, otras por causa de su tierra,

otras por misericordia las hará aparecer.

Job, 38:

22 ¿Has entrado tú en los depósitos de la nieve,

o has visto los depósitos del granizo,

23 que tengo yo reservados para el tiempo de angustia,

para el día de la guerra y de la batalla?

24 ¿Por qué camino se difunde la luz

y se esparce el viento solano

sobre la tierra?

25 ¿Quién a abrió cauce al turbión

y camino a los relámpagos

y a los truenos,

26 haciendo llover sobre la tierra deshabitada,

sobre el desierto, donde no hay hombre,

27 para saciar la tierra desierta y desolada,

y para hacer brotar la tierna hierba?

28 ¿Tiene padre la lluvia?

¿O quién engendró las gotas del rocío?

29 ¿De qué vientre salió el hielo?

Y la escarcha del cielo,

¿quién la engendró?

————

 34 ¿Alzarás tú a las nubes tu voz,

para que te cubra abundancia

de agua?

35 ¿Enviarás tú los relámpagos,

para que ellos vayan

y te digan: Henos aquí?

——–

37 ¿Quién cuenta las nubes con sabiduría?

Y los odres de los cielos,

¿quién los hace verter,

 El agua es un recurso necesario para el desarrollo de la agricultura y el pastoreo. Hemos visto en el capítulo III que el clima de carácter mediterráneo, incluye un verano seco sin apenas precipitaciones. Las primeras lluvias otoñales son fundamentales para el desarrollo de las plantas, y son referidas en los textos bíblicos como “las lluvias tempranas “, de igual forma que las lluvias de la primavera, antes del seco verano, son imprescindibles para obtener una buena cosecha (“las lluvias tardías”).

 

En el climograma de Jerusalén vemos la ausencia de precipitaciones durante el cuatrimestre que va de junio a septiembre Sin embargo, la lluvia en exceso (por intensidad y/o persistencia) son perjudiciales para el campo, al igual que el granizo o los vientos muy cálidos. Por ello los agricultores y ganaderos tienen ciertos conocimientos meteorológicos, básicamente empíricos como resultado de la relación causa-efecto, estas predicciones a corto plazo basadas en ciertas reglas, como vimos en el capítulo VI, si se aplican adecuadamente, son válidas en muchas ocasiones.

 

 Las siguientes referencias bíblicas podríamos encuadrarlas perfectamente en la especialidad de meteorología agrícola:

Isaías, 30

23 Entonces dará el Señor lluvia a tu sembrado cuando siembres

la tierra y dará pan del fruto de la tierra; y será abundante y sustancioso;

tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en amplias praderas.

Isaías, 55

10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve,

y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir,

y da semilla al que siembra y pan al que come,

Santiago, 5

7 Por tanto, hermanos, tened paciencia

hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el

precioso fruto de la tierra, aguardando

con paciencia, hasta que reciba

la lluvia temprana y la tardía

18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia,

y la tierra produjo su fruto.

Zacarías, 10

1 Pedid a Jehová lluvia en el tiempo de la lluvia tardía;

Jehová hará nubes de tormenta, y os dará

lluvia abundante y hierba en el campo a cada uno.

 

Hebreos, 7

7 Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre

ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales

es labrada, recibe bendición de Dios;

 Deuteronomio,11

14 yo daré la  lluvia de vuestra

tierra a su tiempo, la temprana y

la tardía; y recogerás tu grano, y

tu vino y tu aceite.

 Job,29

23 Y me esperaban como a la lluvia,

y abrían su boca como a la lluvia tardía

 Joel,2

23 Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y regocijaos en

Jehová vuestro Dios, porque os ha dado la primera lluvia en su

tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía

como al principio.

24 Y las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y

de aceite.

 Zacarías,10

1Pedid a Jehová lluvia en el tiempo de la lluvia tardía; Jehová hará

nubes de tormenta, y os dará lluvia abundante y hierba en el

campo a cada uno.

Los periodos de sequía son recurrentes en el área mediterránea y en concreto en Oriente Próximo. En el capítulo VII vimos el ejemplo de una sequía que duró tres años vaticinada por el profeta Elías, que provocó una gran hambruna, de la cual sobrevivió alimentado por los cuervos, como se aprecia en este óleo del siglo XIX cuyo autor es pintor norteamericano Allston.

Dese el punto de vista técnico existen distintas definiciones de sequía: meteorológica, hidrológica y agrícola (definición en meteoglosario: https://meteoglosario.aemet.es/es/termino/449_sequia ). En estos versículos se aprecia la relación entre ellas:

Hageo,1

10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra

detuvo sus frutos.

11 Y llamé la sequía sobre esta tierra y sobre los montes, y sobre

el trigo, y sobre el mosto, y sobre el aceite, y sobre todo lo que la tierra

produce, y sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo

trabajo de las manos.

Joel,4

7 Y también os retuve la  lluvia tres meses antes de la siega; e hice

llover sobre una ciudad y sobre otra ciudad no hice llover; sobre

una parte llovió, y la parte sobre la cual no llovió, se secó. 

 Isaías,5

5 Pues ahora os diré lo que haré yo a mi viña:

Le quitaré su vallado, y será consumida;

derribaré su cerca, y será hollada.

6 Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán

el cardo y los espinos; y a las nubes mandaré que no derramen

lluvia sobre ella.

El impacto de las sequías persistentes puede llegar a ser muy notable, no sólo por la dificultad de satisfacer las necesidades básicas humanas, el campo y la fauna también se resienten.

Jeremías,14

1 La palabra de Jehová que vino a Jeremías por motivo de la  sequía.

2 Se ha puesto de duelo Judá, y sus puertas desfallecen; se sentaron

tristes en tierra, y subió el clamor de Jerusalén.

3 Y sus nobles enviaron a sus criados por agua; llegaron a las

cisternas y no hallaron agua; volvieron con sus vasijas vacías; se

avergonzaron, y se humillaron y cubrieron sus cabezas.

4 Porque se resquebrajó el suelo por no haber llovido en la tierra;

los labradores, avergonzados, cubrieron sus cabezas.

5 Y aun las ciervas en los campos parían y abandonaban la cría,

porque no había hierba.

6 Y los asnos monteses se ponían en las alturas; olfateaban el viento

como los chacales; sus ojos se debilitaron, porque no había hierba.

 Como ya hemos mencionado, en climas semiáridos y áridos el rocío suministra la suficiente cantidad de agua para que algunos tipos de vegetación puedan subsistir.

Reyes,17

1 Entonces Elías, el tisbita, que  era de los moradores de Galaad,

dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, delante de quien estoy, que

no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi  palabra.

 En los proverbios de capítulos anteriores hemos visto algunas referencias a la nieve. Se puede intuir que era un meteoro observable por gran parte de la población en el periodo bíblico, presente en las montañas más altas, y ocasionalmente en cotas bajas. Sólo de esta forma se pueden justificar las numerosas referencias a la nieve, acompañada del epíteto “blanca”, como vemos en estos versículos y en algunos que ya hemos citado.

Daniel, 7

9 Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos; y el Anciano

de Días se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de

su cabeza como lana limpia; su trono, llama de fuego; sus ruedas,

fuego ardiente.

Mateo,28

3  Y su aspecto era como un relámpago,

y su vestido blanco como la nieve.

Apocalipsis, 1

14 Y su cabeza y sus cabellos

eran blancos como la lana blanca,

como la nieve; y sus ojos como llama de fuego;

Ya como forma de precipitación explícita aparece en estos versículos

Isaías,55

10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no

vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y

da semilla al que siembra y pan al que come,

 11 así será mi a palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía,

sino que hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para

lo cual la envié

En el actual contexto de cambio climático y sus impactos actuales y futuros, nos resulta llamativa esta referencia al Monte Líbano. Según los historicistas bíblicos el profeta Jeremías vivió durante el  s. VI a.C., y plantea esta pregunta que bien podría ser de actualidad, aunque hayan transcurrido  más de una veintena de siglos.

Jeremías,18

14 ¿Faltará la nieve de los peñascos del Líbano? ¿Se agotarán las

aguas frías que corren de lejanas tierras?

Afortunadamente los montes del Líbano aún mantienen sus bosques de cedros, su altitud (cota máxima 3088 m) y su proximidad al mar permiten que reciba abundantes precipitaciones, incluso en forma de nieve. Sus seis estaciones de ski operan regularmente todos los años y son visitadas por miles de turistas. La nieve de las montañas del Líbano, como en gran parte de las montañas mediterráneas a estas latitudes, desaparece durante el verano:

Job,24

19 La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve,

así también el Seol a los pecadores.

De forma mucho menos frecuente la nieve aparece al nivel del mar. Como ejemplo, entre los días 10 y 13 de diciembre de 2013 se produjo una nevada extraordinaria. En Jerusalén se acumularon hasta 50 cm. de nieve y en Amman (Jordania) hasta 45 cm. También hubo inundaciones por las lluvias torrenciales.

En esta imagen visible del satélite TERRA del día 15, dos días después de la gran nevada, aún se observaba la presencia de nieve en zonas desérticas de Siria y Jordania, lo que nos trae a la memoria el episodio descrito de los leones de Moab.

Los mapas de campos meteorológicos promediados durante el episodio detectan la excepcional baja fría ubicada en el extremo oriental del Mediterráneo. Fuente: Data/image provided by the NOAA/OAR/ESRL PSD, Boulder, Colorado, USA, from their Web site at http://www.esrl.noaa.gov/psd/

Presion al nivel del mar y anomalía respecto a la climatología durante el periodo del 10 al 13 de diciembre de 2013

Geopotencial en 500 hPa y anomalía respecto a la climatología durante el periodo del 10 al 13 de diciembre de 2013

Temperatura en 500 hPa y anomalía respecto a la climatología durante el periodo del 10 al 13 de diciembre de 2013

FIN CAPÍTULO IX

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