Por Manuel Antonio Mora García. Meteorólogo del Estado. Delegación Territorial de AEMET en Castilla y León.
Los paisajes con las cumbres nevadas constituyen un atractivo motivo para muchos artistas, como veremos a continuación en la tercera parte de este artículo dedicado a la precipitación. Mostramos una selección de obras cuyo título es suficientemente descriptivo del lugar representado.
Además de los paisajes de parajes españoles, el museo del Prado dispone de paisajes de otros lugares europeos, donde aparecen cumbres montañosas nevadas o parajes nevados.
Invierno en Múnich. Enrique Martínez Cubells y Ruiz Diosayuda.1901. Óleo sobre lienzo, 118 x 236 cm.
Con la llegada de la primavera comienza el deshielo, y en ocasiones constituye un fenómeno adverso si se produce de forma súbita por precipitaciones intensas y una subida brusca de temperaturas.
En ocasiones, los violentos tornados y trombas marinas, como mínimos barométricos de pequeña dimensión, son capaces de succionar pequeños objetos o incluso pequeños animales (peces, ranas, sapos, etc.) durante su recorrido terrestre (incluyendo lagunas y ríos) o marítimo, que tras ascender y ser transportados en el seno de las corrientes ascendentes del cumulonimbo, lacaban precipitando sobre zonas alejadas de su origen. Este hecho excepcional aparece recogido a lo largo de la historia en diferentes crónicas, y se interpretaba como un regalo o castigo de los dioses según el objeto o ser que precipitaba.
Grabado de Olaus Magnus (1490-1557) incluido en la obra: “A Description of the Northern Peoples”. Siglo XVI Fuente Wikipedia https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1591967
En esta obra de Van Dyck podemos apreciar una lluvia de serpientes, que simboliza la plaga divina sobre el pueblo de Israel, tal y como aparece en el Antiguo Testamento (Números 21:6, 21:8 y 21:9)
6 Y Jehová envió entre el pueblo
serpientes ardientes que mordían
al pueblo; y murió mucha
gente de Israel.
8 Y Jehová dijo a Moisés: Hazte
una serpiente ardiente y ponla
sobre un asta; y acontecerá que
cualquiera que sea mordido y la
mire, vivirá.
9 Y Moisés hizo una serpiente
de bronce y la puso sobre un asta,
y sucedía que cuando una serpiente
mordía a alguno, y este
miraba a la serpiente de bronce,
vivía.
En el Antiguo Testamento también se recoge una lluvia de piedras, que envió Jehová para vencer al ejército amorreo (Josué 10:11), en este caso más bien pedrisco (granizo grande) que fragmentos de mineral.
11 Y sucedió que mientras iban
huyendo de los israelitas, a la bajada
de Bet-horón, Jehová arrojó
sobre ellos grandes piedras desde
el cielo, hasta Azeca, y murieron;
muchos más murieron por las
piedras del granizo que los que
mataron los hijos de Israel a filo
de espada.
En el museo del Prado existen dos bellas tablas alusivas al martirio de Santa Catalina, durante el cual la rueda (temible instrumento de tortura conformado por dos ruedas giratorias con púas de hierro a modo de cuchillas) se rompió al contacto con la santa. En la primera tabla, de autor anónimo, una descarga de piedras de tamaño medio, dirigida por un ángel con una espada, hiere a los verdugos y destroza las ruedas, mientras en el cielo casi despejado se observan unas nubes cumuliformes. También se representa la escena posterior, la decapitación de la santa.
Detalle de la descarga de pedrisco
Existe una obra de Lucas Cranach sobre el martirio de la Santa, datada en 1506 y ubicada en la Old Masters Picture Gallery de Dresden, donde se aprecia una tenebrosa nube Cumulunimbus con descargas eléctricas trazadas geométricamente a modo de grecas y relámpagos, que descarga abundante pedrisco (los trozos irregulares de hielo se aprecian con nitidez
La otra tabla sobre el martirio de Santa Catalina que posee el museo del Prado es del círculo próximo a Fernando Gallego. En este caso aparecen grandes piedras en el suelo y uno de los verdugos yace descalabrado, mientras que unos ángeles portadores de un hacha y espadas parece que acuden a terminar de destruir el instrumento de tormento. La escena transcurre bajo un “Cumulonimbus mamma”.
Además del simbolismo cristiano de la lluvia de piedras y animales, recordamos el simbolismo de la lluvia de monedas de oro en la obra de Tiziano, “Dánae recibiendo la lluvia dorada”, ya analizada en el capítulo dedicado a los rayos.
El museo del Prado dispone de gran número de marinas, algunas mostrando aguas plácidas y otras fuertes temporales incluso naufragios. Destacamos esta obra del malagueño José Fernández, donde se aprecia un aguacero, el nombre de la obra “Sudeste” nos aporta información sobre este temporal de Levante.
Las lluvias torrenciales en el área de Levante dan lugar a numerosos episodios de inundaciones, y como hemos comentado, a través de los cuadros podemos seguir el relato del clima pasado. Antonio Muñoz Degraín representa una trágica escena, con una madre y una hija refugiadas en el tejado de una vivienda por la gran crecida del río, al igual que las ratas, mientras un hombre y su perro en actitud heroica se disponen a lanzarse a las turbulentas aguas para rescatar a una madre y su bebé. Se titula “episodio de la inundación de Murcia” y está fechado en 1892, por tanto probablemente se refiera al trágico desbordamiento del río Segura el 14 de octubre de 1879, donde perecieron 179 personas y 14000 cabezas de ganado, siendo derruidas más de 3000 viviendas.
Agradecimientos: A Rubén del Campo Hernández, por la revisión de los textos y asesoramiento específico.
Nota:Los pies de las imágenes contienen hipervínculos a los cuadros de la colección del Museo del Prado, se recomienda su acceso para poder apreciar la obra en toda su dimensión y visualizar todos los detalles.
Referencias:La mayoría de las obras referenciadas de la colección del museo del Prado aparecen profusamente comentadas, incluyendo bibliografía y datos técnicos sobre la obra y el autor. Esta información se ha aprovechado parcialmente para realizar los comentarios específicos. https://www.museodelprado.es/coleccion/.
Próxima entrega:
La meteorología en el Museo del Prado. VII. Brumas y nieblas.