¿Cuál es la diferencia entre tiempo y clima?

Por Rubén del Campo Hernández, Técnico de Meteorología. Área de Información Meteorológica y Climatológica de Aemet.

A menudo nos encontramos en los medios de comunicación titulares similares a estos: «las condiciones climatológicas dificultaron las tareas de rescate» o «la carrera se disputó bajo unas excelentes condiciones climatológicas». ¿Son correctos? ¿O debería haberse hablado de «las condiciones meteorológicas»?

En esta entrada voy a tratar de explicar que, aunque tiempo y clima están estrechamente relacionados, son términos que no pueden utilizarse indistintamente. El Glosario Hidrológico Internacional de la OMM/Unesco define «tiempo» como el «estado de la atmósfera en un instante dado, definido por los diversos elementos meteorológicos». El mismo glosario define «clima» de la siguiente manera: «síntesis de las condiciones meteorológicas en un lugar determinado, caracterizadas por estadísticas a largo plazo de los elementos meteorológicos en dicho lugar».

Quizás sea más fácil de entender mediante un símil: imaginemos que vamos al cine a ver una película y que al terminar nos invitan a subir a la sala de proyecciones. Allí se encuentra la bobina con el rollo de película, compuesto por infinidad de fotogramas. Pues bien, podríamos considerar que el tiempo es cada uno de los fotogramas que componen la película; el rollo completo sería el clima.

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Fuente: pt.dreamstime.com

Como ya hemos visto en la definición, el tiempo viene dado por el estado de la atmósfera en un momento determinado, es decir, por la temperatura, la humedad, la radiación, el viento, la visibilidad, etc., que se registra en ese momento. Imaginemos que estamos paseando un día por una playa de la costa de Almería y de repente comienza a llover, quedando una tarde húmeda y desapacible. Podríamos decir entonces que el tiempo en Almería está lluvioso y que hay humedad, pero ¿podríamos hablar de que el clima de la costa de Almería es lluvioso? Evidentemente no: todos sabemos que no es así.

En la película del clima de Almería hay algunos fotogramas en los que aparece la lluvia; pero solo con esos fotogramas se obtiene una visión muy parcial de la misma. Para conocer el clima de una región tenemos que ver una buena parte del largometraje (y es que no podemos ver la película entera: se estará emitiendo mientras haya atmósfera en la Tierra). Por eso, se realizan observaciones meteorológicas (es decir, del tiempo) durante un largo período de tiempo -valga la redundancia-. Normalmente se recomienda un mínimo de treinta años de observaciones diarias para caracterizar un clima. Así, siguiendo con el ejemplo de la película de Almería y la lluvia, podremos ver que en esa película hay pocas escenas de lluvia, aunque eso sí, a veces son escenas demasiado violentas. En esta película predominarán escenas de tiempo seco; en la película del clima de San Sebastián, en cambio, los fotogramas con lluvia (es decir, los momentos con tiempo lluvioso) serán más abundantes.

Normalmente para la caracterización de un clima se realizan tratamientos estadísticos de los datos, y así utilizamos la temperatura media, la precipitación media mensual o anual, el promedio de horas de sol, etcétera. También se utilizan los valores extremos: temperatura máxima absoluta o mayor cantidad de precipitación recogida en 24 horas, entre otros.

Si nos dedicamos a observar la Naturaleza con un mínimo de atención podremos ser capaces de determinar, a grandes rasgos, el clima característico de una zona. Voy a poner dos ejemplos de la isla de Tenerife (que por cierto, es una joya en cuanto a microclimas se refiere: lo escarpado de su orografía propicia ambientes muy diferentes a lo largo de todo el año según en la zona que nos encontremos; forzando la máquina también podríamos decir que tiene «microtiempos», porque las condiciones atmosféricas cambian mucho de un lugar a otro en el mismo instante).

Veamos estas dos fotos para ilustrar el ejemplo:

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Si nos fijamos en la primera, vemos que predomina vegetación de tipo arbustivo con tallos suculentos (es decir, que contienen mucho líquido en su interior). Son plantas que pertenecen a la comunidad vegetal denominada cardonal-tabaibal, muy típica de las costas de Tenerife. Estas plantas han desarrollado sistemas para mantener constante su humedad: minimización del tamaño de las hojas para evitar la evaporación y desarrollo de los tallos suculentos, como hemos visto. Nos están diciendo a gritos que el clima donde viven es muy árido. Quizás estemos un día paseando por la zona y comience a llover. El tiempo estará lluvioso, pero estamos en una zona caracterizada por la aridez: su clima es seco.

En la segunda foto ocurre lo contrario: predomina la vegetación arbórea y helechos con grandes hojas. Pertenece a la laurisilva, bosque relicto que necesita mucha humedad y temperaturas constantes todo el año: quizás un día estemos paseando por este bosque y haga mucho calor, pero ¿no nos están diciendo las plantas que nos encontramos en una zona de clima fresco y húmedo?

Una de las características esenciales de las plantas es que no se pueden mover del sitio donde echan raíces. Por lo tanto deben adaptarse al clima del lugar donde se encuentran para poder sobrevivir, y hay plantas que viven muchos años, incluso siglos. Si nos acordamos de esto y del símil del largometraje, no deberíamos tener problemas para diferenciar entre tiempo y clima. Supongo que queda claro ya: si unas tareas de rescate se complican será por las «condiciones meteorológicas», no por las «condiciones climatológicas».

Por cierto, la ciencia que estudia el tiempo es la meteorología, y la que se encarga del clima es la climatología. Se puede pensar, y se estará en lo cierto, que guardan mucha relación; pero tampoco son lo mismo. Un meteorólogo tendrá en general más conocimientos de física y un climatólogo puede proceder del mundo de la geografía, aunque también están implicadas las matemáticas en el estudio del clima; en todo caso la formación de ambos profesionales puede ser muy diferente.

Me gustaría terminar esta entrada con una curiosidad: así como en lengua inglesa se distingue entre tiempo cronológico (time) y atmosférico (weather), también en español existen otros términos para referirnos al estado de la atmósfera además de la palabra «tiempo». La RAE reconoce al menos dos: temperie y oraje, aunque ambos (especialmente el segundo) están en desuso. He aquí las definiciones:

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La palabra «oratge» sigue usándose bastante en valenciano para referirnos al tiempo atmosférico. El espacio dedicado a la información meteorológica de la desaparecida televisión pública valenciana se denominaba «L’oratge». En cuanto a la primera palabra, el divulgador científico José Miguel Viñas la utilizó en su libro «200 estampas de la temperie», una fantástica colección de fotografías realizadas por aficionados a la meteorología que vio la luz allá por el año 2007.

Aquí tenéis otra entrada sobre la diferencia entre tiempo y clima en el blog personal de mi excompañera en el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña Silvia Alonso Pérez, ahora Directora del Master Universitario en Energías Renovables de la Universidad Europea de Canarias.

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