Elaborado por el Área de Técnicas y Aplicaciones de Predicción de AEMET.
El martes 5 cesa la actividad convectiva del Mediterráneo y se va formando la baja térmica peninsular. Las temperaturas suben de modo generalizado (anomalías entre +2 y +7 ºC) en la mayor parte del territorio peninsular, salvo en Málaga, donde el cambio de viento a dirección sur hace que bajen notablemente (hasta 8-10 ºC). En Canarias se produce un descenso moderado en casi todas las islas, volviendo en general a temperaturas normales, e incluso algo bajas, para la época. Tan solo se mantienen por encima en zonas altas de Tenerife.
El miércoles 6 vuelve la actividad convectiva, sobre todo en Cataluña y sur del Sistema Ibérico. Las temperaturas continúan ascendiendo en el suroeste, mientras que descienden de modo importante en la mitad norte.
El jueves 7 la situación es similar, con actividad convectiva en Baleares y su entorno, en el litoral catalán y en otras zonas del este peninsular. Las temperaturas muestran un gran contraste entre la mitad norte peninsular, frías debido al flujo del norte, y la mitad sur, adonde no llega dicho flujo, diferencia muy notable especialmente en las mínimas.
El viernes 8 una amplia vaguada en altura y una borrasca profunda en superficie se sitúan sobre las islas Británicas, con un frente frío asociado que se aproxima al noroeste peninsular. El sábado 9 la vaguada se descuelga hacia el sur, y el frente atraviesa la Península y Baleares desde el noreste hasta el sureste, con precipitaciones importantes en el norte, especialmente en el Cantábrico, vientos fuertes sobre todo en el noreste y tormentas en el Mediterráneo, entre Baleares y Cataluña sobre todo, aunque lo más destacable fue el notable descenso de temperaturas, consecuencia de la entrada de la masa fría posterior al frente. En Canarias una pequeña dana produce algunas precipitaciones el sábado 9.
El domingo 10 la vaguada y el sistema frontal se encuentran sobre el Mediterráneo occidental, afectando solo a Baleares, aunque un nuevo sistema frontal pasa rozando el Cantábrico. El Anticiclón vuelve a dominar la Península y se establece el régimen de cierzo y tramontana.