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Climatología extraterrestre: ¿Cómo es el clima en Mercurio, Venus y Marte?

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Superficie y cielo de Marte. Fotografía tomada por el rover Curiosity

Cada planeta tiene sus particularidades. Ningún planeta conocido es exactamente como la Tierra. Los hay más grandes o más pequeños, más cercanos o más lejanos al sol, más rocosos o más gaseosos, con más o menos satélites o incluso con anillos. Son precisamente las características físicas y químicas de los planetas las que determinan su climatología. Al fin y al cabo, el clima de un planeta depende del balance energético que tiene lugar en su atmósfera.

Veamos cómo son las atmósferas y la climatología de los planetas del Sistema Solar más cercanos a la Tierra:

MERCURIO

Quizás la característica que más influye en la climatología de este planeta es su cercanía al Sol. Mercurio es un planeta pequeño, rocoso y muy denso, y no tiene una verdadera atmósfera. Sin embargo, al estar cerca del Sol está expuesto al viento solar, formado por protones, partículas α (que son núcleos de helio-4) y gases nobles. Este viento solar es en parte retenido por la gravedad de Mercurio, lo que le confiere una muy tenue atmósfera de neón, argón, sodio, potasio, oxígeno, dióxido de carbono e hidrógeno.

Otra característica destacable de Mercurio es la gran variación de temperaturas. Las zonas iluminadas del planeta pueden alcanzar temperaturas de 400 ºC mientras que por la noche, o en zonas de sombra se pueden llegar a dar temperaturas de -175 ºC. Es importante remarcar que el periodo de rotación de Mercurio es de 58,7 días, lo cual es 2/3 de su periodo de traslación. Es resumen, se podría decir que la rotación de este planeta es muy lenta. Esto que crea una especie de “verano infernal”, debido al largo tiempo en que Mercurio está expuesto al Sol. Aunque se hable de «verano», en este planeta no hay estaciones como tal porque el eje de rotación no está inclinado respecto al plano de traslación.

VENUS

Venus tiene una atmósfera 100 veces más densa que la de la Tierra y llena de nubes muy espesas de ácido sulfúrico. Este planeta no tiene una capa de ozono como la de la Tierra, lo que permite la entrada de radiación solar ultravioleta que calienta su superficie. Como el gas mayoritario que compone la atmósfera venusiana es el dióxido de carbono, se produce un fuerte efecto invernadero, es decir, la radiación infrarroja no escapa fácilmente del planeta. Esto hace que la temperatura ambiente de Venus sea superior a los 460 ºC (es decir, más elevada que la de Mercurio, a pesar de estar más lejos del Sol).

Las nubes y el efecto invernadero, junto con la poca excentricidad de la órbita de Venus (es decir, la órbita es casi circular) y la poca inclinación de su eje de rotación, son responsables de que el clima sea casi uniforme en todo el planeta.

El viento en la superficie de Venus es flojo o nulo, aunque pueden llegar a tener mucha fuerza debido a la gran densidad del aire de este planeta. Sin embargo, en alturas elevadas se alcanzan vientos tan intensos que se produce un fenómeno de “superrotación”. Esto consiste en que los vientos en altura se mueven mucho más rápido que la propia rotación de Venus. De esta forma, las nubes más altas pueden completar una vuelta al planeta en tan solo 4 días terrestres, mientras que la rotación de Venus, es decir, la duración de un día venusiano, es de 243 días terrestres. Los vientos que comienzan en el ecuador van progresando hacia los polos, creándose una peculiar estructura de bandas de nubes, inclinadas con respecto al ecuador del planeta.

MARTE

«Diablo de polvo» en Marte

El dióxido de carbono es el gas más abundante de la atmósfera del planeta rojo. A pesar de ello, no se produce un efecto invernadero tan fuerte como en Venus debido a que la atmósfera es muy tenue (es 100 veces menor que la de la Tierra).

En su atmósfera, Marte también posee una pequeña cantidad de oxígeno. El oxígeno reacciona con el hidrógeno dando lugar a peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), que oxida los minerales en la superficie marciana dándoles su característico tinte rojo.

El vapor de agua presente en Marte es escaso, pero suficiente como para que se formen algunas nubes y nieblas, muy parecidas a las de la Tierra, aunque de menos consistencia. Sin embargo, las condiciones de presión y temperatura impiden que se forme precipitación.

Marte, como la Tierra, tiene estaciones, debido a que también tiene su eje de rotación inclinado. La temperatura de Marte oscila entre 20 ºC en verano y -140 ºC en las noches de invierno en las regiones polares.

Las grandes diferencias de temperatura a lo largo del día producen vientos muy intensos. Como la humedad en superficie es muy baja, las partículas materiales de la superficie de Marte se levantan con el viento, produciéndose tormentas de polvo que suponen un peligro para los vehículos enviados para explorar nuestro planeta vecino. Estos vientos suelen formar tornados que resultan espectaculares, como los que aparecen en la película Marte (The Martian) de Ridley Scott. A estos tornados en ocasiones se les llama “diablos de polvo”.

Puedes conocer más información sobre el clima en otros planetas del sistema solar en los artículos:

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