Cuando hablamos de copos de nieve todos nos imaginamos cristales con forma de estrella. Sin embargo, los copos de nieve pueden adquirir distintas formas según las condiciones de humedad y temperatura del ambiente en el que se forman. Así, pueden tener una forma más o menos plana y más o menos ramificada. Si las condiciones son adecuadas, los cristales pueden adoptar incluso forma de aguja.[1]
Una de las primeras personas que consiguió fotografiar la estructura cristalina de los copos de nieve fue Wilson Alwyn Bentley, a quien por ello se le conoce como ‘The Snowflake Man’ (El Hombre Copo de nieve). Bentley logró este hito en 1885 y su técnica para fotografiar los copos de nieve es, en esencia, la misma que se utiliza actualmente.[2]
Bentley clasificó los distintos tipos de cristales de nieve que encontró y concluyó que “no hay dos copos de nieve iguales”. Esto es así porque, aunque la simetría de los cristales es siempre hexagonal, el crecimiento de estos es muy sensible a las condiciones ambientales, y estas son muy variables, haciendo que los cristales crezcan de forma aleatoria.
Otro de los científicos más reconocidos por su contribución en el estudio de los copos de nieve es el doctor Ukichiro Nakaya. En 1936, este investigador japonés logró crear los primeros copos de nieve artificiales, y en 1954 aportó una clasificación de estos en 7 grandes tipos y varios subtipos.[3]
En 1966 los investigadores Choji Magono y Chung Woo Lee mejoraron la clasificación de Nayaka analizando 159 fotografías y concluyeron que dicha clasificación era válida no solo para cristales formados en laboratorio, sino también para los cristales de nieve naturales. La clasificación de Magono y Lee es de 80 subtipos de cristales diferentes, divididos en 8 grandes tipos.[4]
Aun teniendo en cuenta que los cristales pueden tomar 80 formas diferentes, la estructura de estos es tan compleja que es casi imposible encontrar dos cristales de nieve que sean exactamente iguales, incluso aunque pertenezcan al mismo subtipo. Sin embargo, el físico Kenneth G. Libbrecht (catedrático en el Instituto de Tecnología de California) ha conseguido recientemente “fabricar” en su laboratorio dos copos de nieve prácticamente iguales (copos “gemelos”). Como si se tratase de dos gemelos, los dos copos son ligeramente distintos, aunque prácticamente indistinguibles. Para llevar a cabo este logro, Libbrecht ha controlado cuidadosamente las condiciones de temperatura y presión de vapor durante la formación y el crecimiento de los cristales.[5]
El profesor Libbrecht explica en su web cómo ha obtenido estos cristales. Esta página cuenta además con un montón de imágenes de cristales de nieve fotografiadas por él mismo. Recomendamos echar un vistazo a estas imágenes. Os dejamos aquí una muestra de dos copos “gemelos” que Libbrecht ha creado en su laboratorio.
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