El tiempo, desde otra perspectiva

Sentinel 3 en orbita

Sentinel 3 en orbita

Estamos acostumbrados a mirar los fenómenos meteorológicos desde la tierra. Al despertarnos, lo más común es asomarnos por la ventana para ver “cómo está el día”, los más valientes sacan una mano a la intemperie para “tantear” si hace frío o calor, y por supuesto nos informamos mediante algún medio fiable para saber si necesitamos un jersey o sacamos el paraguas.Pero mientras nosotros nos dedicamos a mirar el cielo, la información que nos llega, esa que consultamos día a día, es observada desde el espacio.

¿Pero cómo?, a través de los satélites. Hace poco les hemos comentado, a través de nuestra página de Facebook, que EUMETSAT (Red Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos), en el marco del Programa de Copernicus, lanzará el día 16 de febrero el satélite Sentinel-3A, desde el cosmódromo de Plesetsk (Rusia), que supervisará el estado de los océanos, los mares, el hielo marino y la temperatura.

Aunque no los percibamos, gran parte de los acontecimientos que vivimos a diario están influenciados por éstos vigías, muchas de nuestras actividades son posibles gracias a su presencia y gran parte de la información con la que contamos a diario se las debemos a ellos.

¿Qué es un satélite?

Los satélites son cuerpos que giran alrededor de los planetas, los hay naturales como la Luna, y artificiales como es el caso del Sentinel-3A. Siguen una trayectoria que se denomina órbita, que en el caso de las orbitas elípticas, el punto más alejado del planeta se denomina apogeo, mientras que el más cercano perigeo.

Cuando comenzaron a utilizarse estaban reservados al uso militar, destinados a facilitar la navegación, la investigación, y por supuesto, el espionaje. Con los años, los usos se fueron ampliando y hoy los tenemos presentes en diversas actividades como la información meteorológica (METEOSAT), transmisión de noticias y eventos deportivos, televisión digital, telefonía móvil, envío de datos, observación de fenómenos terrestres (terremotos, deforestaciones, crecimiento de zonas urbanas y cultivos, cobertura de hielo en los polos), localización y actividades de rescate, GPS, almacenaje de energía solar, misiones científicas (como el Hubble), espionaje, etc. También son utilizados para estudiar planetas, galaxias o cualquier otro fenómeno del espacio exterior. Una curiosidad son los denominados “armas antisatélite”, que son aquellos diseñados para destruir otros satélites.

Imagen satelital de masas de aire

Imagen satelital de masas de aire

El primer satélite artificial fue el soviético Sputnik, lanzado en el año 1957. En este entonces contexto de la Guerra Fría, la Unión Soviética y Estados Unidos competían entre sí por la conquista del espacio. El Sputnik no tuvo mucho éxito y tras casi 90 días en órbita la atracción gravitatoria de la tierra acabó destruyéndolo. Un año más tarde, Estados Unidos lanzaría el Explorer 1.

Sputnik 1

Sputnik 1

Cómo son los satélites

Los satélites pueden ser clasificados según sus tipos de misión: meteorológicos, de comunicaciones, de observación terrestre, de navegación, de reconocimiento, astronómicos, de energía solar, biosatélites, de energía solar, miniaturizados, estaciones espaciales, armas antisatélite. También es posible clasificarlos por el tipo de órbita y por su peso.

La meteorología se vale de dos tipos de satélites, geoestacionarios y de órbita polar, y la diferencia entre ellos es la órbita en la que giran alrededor de la Tierra. Las imágenes que estos captan permiten conocer las condiciones meteorológicas que afectarán a determinadas zonas.

Los satélites geoestacionarios son los que producen información actualizada constante, se ubican en una órbita, sobre el plano del Ecuador terrestre, que se encuentra a 35.9000 km de altura, giran sobre la Tierra a la misma velocidad que ésta, por ello siempre permanece inmóvil sobre un determinado punto de nuestro globo. Cada satélite capta una parte de la tierra, y la cobertura total se logra con un conjunto, como si fuera un rompecabezas.

Sin embargo, los geoestacionarios no pueden ver los polos, para eso se utilizan los satélites de órbita polar. Que van girando alrededor de la tierra, pasando por los polos y pasando por cada punto del planeta cuando éste gira sobre su eje, por lo que va cambiando en cada vuelta la zona que vigila. Están mucho más cerca de la tierra, entre 700 y 800 km de distancia. Estos satélites operan en una órbita sincronizada con el sol, lo que quiere decir que el satélite pasa por encima de nuestras cabezas a la misma hora solar cada día del año.

MetOp-2 - Satélite de órbita polar

MetOp-2 – Satélite de órbita polar

Metosat 10 - Satélite geostacionario

Metosat 10 – Satélite geostacionario

 

 

 

 

 

 

 

Cuidado del medio espacial

Tanto en la tierra, como en el espacio, hay que ser conscientes del medio. Así, como aquí tenemos fenómenos como las lluvias ácidas o la deforestación, en el espacio la problemática ronda en torno a la “basura espacial” y es uno de los factores a tener en cuenta a la hora de lanzar un satélite. La basura espacial se produce por la acumulación de cohetes que han explotado, herramientas u objetos que se escapan de las manos de astronautas que han estado trabajando en el espacio, objetos que se han despendido de vehículos espaciales como antenas o lentes de cámara, satélites no operativos, cargas y objetos de investigación que fueron colocados en órbitas erróneas, etc.

Ahora que conocemos un poco más sobre cómo es posible que  tengamos a nuestra disposición la información de la cual nos valemos a diario, es posible que cada vez que miremos el cielo, además de observar si está despejado o si se avecinan nubes negras, pensemos que hay algo que está observando lo mismo que nosotros, sólo que, desde otra perspectiva.

Basura espacial

Basura espacial

 

 

 

 

 

Acerca de aemetblog

La Agencia Estatal de Meteorología sucedió en 2008 a la entonces Dirección General del Instituto Nacional de Meteorología, con más de 150 años de historia. Actualmente está adscrita, según el artículo 4.4 del Real Decreto 864/2018, de 13 de julio, por el que se desarrolla la estructura orgánica básica del Ministerio para la Transición Ecológica, a ese departamento ministerial a través de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente. El objeto de AEMET, según el artículo 1.3 del Real Decreto 186/2008, de 8 de febrero por el que se aprueba su Estatuto, es el desarrollo, implantación, y prestación de los servicios meteorológicos de competencia del Estado y el apoyo al ejercicio de otras políticas públicas y actividades privadas, contribuyendo a la seguridad de personas y bienes, y al bienestar y desarrollo sostenible de la sociedad española". Como Servicio Meteorológico Nacional y Autoridad Meteorológica del Estado, el objetivo básico de AEMET es contribuir a la protección de vidas y bienes a través de la adecuada predicción y vigilancia de fenómenos meteorológicos adversos y como soporte a las actividades sociales y económicas en España mediante la prestación de servicios meteorológicos de calidad. Se responsabiliza de la planificación, dirección, desarrollo y coordinación de actividades meteorológicas de cualquier naturaleza en el ámbito estatal, así como la representación de éste en organismos y ámbitos internacionales relacionados con la Meteorología.
Esta entrada ha sido publicada en ENTENDER LA METEOROLOGÍA y etiquetada como , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario